El Parlamento británico ultima ya los preparativos de su primera sesión sabatina desde que comenzó el siglo XXI para decidir el destino final del acuerdo de salida de la Unión Europea pactado por el primer ministro del país, Boris Johnson, y las autoridades de Bruselas.

Johnson comienza el día en busca de votos cruciales para conseguir los 320 apoyos necesarios que validen un acuerdo muy parecido al que su predecesora Theresa May vio rechazado en los Comunes. El bloque europeo exigió trasladar a un texto jurídicamente vinculante una alternativa creíble, factible y con las mismas garantías para aceptar un cambio, que finalmente reemplaza la salvaguarda irlandesa por otro modelo que evita los controles aduaneros en la frontera terrestre.

La UE, con el visto bueno de Dublín, ha renunciado a que la red de seguridad modificada sea ilimitada en el tiempo y ha introducido el principio de consentimiento, por el que cuando se cumplan cuatro años del protocolo la Asamblea de Irlanda del Norte podrá decidir por mayoría simple si lo prorroga o no.

La sesión, que empezará a las 10.30 -- hora peninsular española -- comenzará con una comparecencia del primer ministro, donde explicará las líneas maestras de su plan y trasladará sus expectativas de aprobación al resto de la cámara.

A continuación, comenzará el debate sobre las enmiendas, el aspecto que podría dilatar la votación final hasta primera hora de la noche, dado que abarcan un amplio espectro de opciones: desde la revocación del artículo 50 que sirve de base al Brexit hasta el aplazamiento de la votación a enero de 2020 para celebrar elecciones anticipadas.

Entre ellas destaca la enmienda propuesta por el ex diputado conservador Oliver Letwin, quien ha recomendado que la decisión sea aplazada hasta que se apruebe toda la legislación nacional vinculada a una salida de la UE. Esta propuesta goza de apoyos de varios grupos. Si el presidente del Parlamento, John Bercow, encargado de seleccionar las propuestas, escoge ésta y gana en votación, el voto sobre el Brexit quedaría suspendido.

Al primer ministro le espera un largo día para alcanzar estos 320 votos -- por comparar, el mejor resultado en votación a favor de un acuerdo, el del pasado marzo, se saldó solo con 286 apoyos -- a sabiendas de que los diez diputados del Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte ya han avanzado que no apoyará la moción por entender que lo pactado es contrario a los Acuerdos de Viernes Santo que pusieron fin al conflicto en Irlanda del Norte y que no es beneficioso para los norirlandeses.

A esta negativa se suman las de los nacionalistas escoceses, los liberaldemócratas, galeses, independientes y Partido Verde, y menos de una veintena de los 245 diputados laboristas en la oposición, liderada por Jeremy Corbyn, que pide una votación ciudadana, se han mostrado favorables al acuerdo de Johnson.

El último esfuerzo de Boris Johnson

Johnson ha hecho este viernes un último intento de conseguir apoyos de cara a la votación al prometer que, una vez sea aprobado el acuerdo, Westminster tendrá voz y voto en las negociaciones sobre la relación futura con la Unión Europea (UE).

"Reino Unido tiene una tradición larga y orgullosa de encabezar el camino en los derechos de los trabajadores y las protecciones medioambientales, donde siempre ha habido estándares altos", ha dicho un portavoz de Downing Street.

"Reconocemos que los parlamentarios quieren ver que estos derechos, que costó obtener, no son debilitados por nuestra salida de la UE, y estamos contentos de garantizar que este es el caso", ha dicho.

Así, ha resaltado que el Ejecutivo ha prometido una votación parlamentaria sobre el comunicado ministerial sobre los objetivos de las futuras negociaciones con la UE, según ha informado el diario británico 'The Daily Mail'.

Este mismo sábado, el ministro británico para el Brexit, Stephen Barclay, ha vuelto a mostrar un lado conciliador al sugerir que Johnson cumplirá con la ley si, por el motivo que sea, es necesaria una ampliación del periodo límite para activar la salida de la UE más allá del 31 de octubre. Pero ha garantizado, no obstante, que en ningún caso pretende que el proceso de transición se extienda más allá de la fecha de diciembre de 2020.