El negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, ha asegurado este miércoles que su equipo trabaja "24 horas al día" para dar con una solución con el Gobierno británico que permita un divorcio ordenado a finales de octubre, pero ha avisado de que "en estos momentos" nada indica que se pueda lograr el acuerdo a tiempo.

"Para decirlo clara y francamente, con objetividad, en estos momentos en los que hablo no estamos en el punto de encontrar un acuerdo", ha expresado en una comparecencia ante el pleno del Parlamento Europeo, para rendir cuentas sobre el estado de las negociaciones.

El negociador ha afirmado al cierre de su intervención que, pese a ser "realmente difícil" y a que "el tiempo corre", confía en que aún sea posible pactar una solución con los británicos.

Las conversaciones entre las partes tienen lugar a nivel técnico desde hace semanas, pero la última oferta del 'premier' Boris Johnson para reemplazar la salvaguarda irlandesa que rechazan los británicos no ha convencido a la parte europea.

Barnier ha dejado claro que la Unión Europea "no puede aceptar" la alternativa de Johnson para salvaguardar el Mercado Único y proteger la frontera entre las dos Irlandas, ya que de hacerlo "se cambiaría una solución operativa, práctica y legal, por una solución hipotética y provisional".

El bloque considera vital que el acuerdo de divorcio incluya una red de seguridad para la frontera en el Úlster en caso de que durante el periodo de transición no se encontrara una solución mejor que ofreciera las mismas garantías.

Londres, sin embargo, admite que serán necesarios los controles de bienes, pero plantea que se trate de un instrumento limitado en el tiempo y sobre el que Irlanda del Norte pudiera tener posibilidad de veto.

Son condiciones que la UE no puede aceptar, dicen los negociadores europeos, porque dejaría en manos de un tercero, las autoridades de Irlanda del Norte, la decisión de suspender o cancelar esta salvaguarda.

Tampoco gusta a los Veintisiete que Johnson pida centrarse de cara al futuro en un acuerdo de libre comercio "básico" e ignorar el principio de igualdad de condiciones en cuanto a normas fiscales, que afectan a las ayudas de Estado, a los derechos sociales, medioambientales y otros.

"Ello nos dejaría frente al riesgo de una competición reglamentaria e incluso el peligro de un 'dumping' fiscal, social o medioambiental que no aceptaremos", ha apuntado al respecto Barnier.

La mayoría de los partidos que han intervenido en el debate han declarado su apoyo a los esfuerzos de Bruselas por lograr un acuerdo y han abierto la puerta a aceptar una nueva prórroga para retrasar el Brexit y evitar la ruptura caótica a final de mes.

Sin embargo, los eurodiputados han subrayado que no sería a cualquier precio y que Londres debería dejar claras las razones para el aplazamiento, es decir, obtener más tiempo para celebrar elecciones, convocar un segundo referéndum o revocar la decisión de abandonar el club comunitario.

"Particularmente, no excluyo un acuerdo", ha asegurado, en el mismo debate, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien ha recalcado los trabajos en marcha para lograr un acuerdo.

El jefe del Ejecutivo comunitario también ha reiterado sus críticas a Londres por alentar un "juego de culpas" en el que la Unión Europea "no participa". El viernes, en el marco de los contactos para avanzar hacia una solución, Barnier recibirá en Bruselas al ministro británico para el Brexit, Steve Barclay, en una cita prevista inicialmente para el jueves pero que ha sido aplazada un día por "razones de agenda", según han indicado a Europa Press fuentes europeas.

Aunque públicamente no se ha fijado un plazo límite para cerrar un acuerdo alternativo a tiempo de evitar el Brexit a las bravas, el bloque europeo ve como fecha clave la cumbre que reunirá a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE del 17 al 18 de octubre.