Un segundo agente de la inteligencia de EE.UU. quiere ofrecer al Congreso información de primera mano sobre las presiones del presidente estadounidense, Donald Trump, a Ucrania, lo que podría reforzar la investigación de los demócratas para abrir un juicio político contra el mandatario.

Marz Zaid, el abogado que representa al primer informante, dijo hoy a la cadena ABC que su nuevo cliente también es un agente de la inteligencia estadounidense, aunque no especificó a qué agencia pertenece.

Zaid aseguró que el nuevo denunciante tiene información directa sobre los supuestos intentos de Trump para perjudicar al ex vicepresidente Joe Biden de cara a las elecciones de 2020.

La queja del primer denunciante hizo que, el 24 de septiembre, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, anunciara el inicio de una investigación para determinar si Trump debía ser sometido a un juicio político por sus presiones a Ucrania.

En Twitter, el letrado Andrew Bakaj, que también representa al primer agente, explicó que su despacho de abogados está presentando a "múltiples informantes".

El presidente reaccionó rápidamente a la noticia y, en Twitter, afirmó que este nuevo denunciante procede del "estado profundo", un término procedente de una teoría de la conspiración y que usa para designar a un supuesto grupo de burócratas que intenta dañarle.

En el centro de la polémica se encuentra una llamada telefónica efectuada el 25 de julio, en la que Trump pidió a su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski, que investigara por corrupción en Ucrania a Biden y uno de sus hijos, Hunter, que asesoró a una empresa de gas ucraniana.

El objetivo del mandatario supuestamente era perjudicar a Biden, favorito en las encuestas para llevarse la nominación demócrata y batirse con Trump en los comicios de 2020.

El primer informante elaboró su queja a partir de la información de media docena de funcionarios, por lo que no tenía información de primera mano.

Ahora, el nuevo denunciante dice tener información directa y eso podría dar más munición a los demócratas para lograr la apertura de un juicio político contra Trump.

En la historia de EE.UU., solo tres presidentes han afrontado hasta ahora procesos de destitución: Andrew Johnson (1865-1869) y Bill Clinton (1993-2001), quienes fueron absueltos; y Richard Nixon (1964-1974), quien dimitió antes de que se produjera su juicio político.