Un vuelo de Mánchester a Funchal se vio obligado el pasado lunes a realizar un aterrizaje de emergencia en Oporto tras sentirse indispuesto el piloto principal. El percance sorprendió a los pasajeros, pero más aún cuando comprobaron que uno de ellos, un piloto que estaba de vacaciones, se ofreció a ayudar al copiloto para realizar la maniobra.

El comandante del aparato, un vuelo de la compañía Jet2 que unía la ciudad británica y la capital del archipiélago de Madeira, se desmayó durante el vuelo, lo que activó la alerta y obligó a un aterrizaje forzoso antes de alcanzar el destino previsto.

El piloto fue atendido con oxígeno y tuvo que ser sentado en una silla de ruedas, según explicó al diario británico Daily Mail Nicholas Banks, un pasajero del aparato. Ya en tierra, fue trasladado al hospital, donde fue atendido y se comprobó que su vida no corría peligro.

Según contó al mismo periódico Tracey Jayne, otra de las pasajeras, un miembro de la tripulación habló directamente con uno de los viajeros, un piloto de vacaciones, quien dejó después su asiento y se dirigió a la cabina.

"Entonces nos dijeron que había un problema a bordo y que aterrizaríamos lo antes posible, aunque no nos informaron dónde", señaló Jayne.

El aparato tomó tierra en Oporto sin problemas, aunque la maniobra obligó a cerrar la pista durante media hora.