El tratado de eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF) suscrito por la URSS y EEUU en 1987, ha dejado de existir este viernes "por iniciativa" de Estados Unidos, que anunció su retirada del pacto hace seis meses, declaró hoy el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.

"El 2 de agosto de 2019, por iniciativa de la parte estadounidense, el tratado sobre la eliminación de misiles de corto y medio alcance firmado en Washington firmado el 8 de diciembre de 1987 entre la Unión Soviética y Estados Unidos, cesó su actividad", señala un comunicado publicado en el portal oficial digital.

Estados Unidos denunció hace seis meses el tratado INF ante la negativa de Moscú de destruir el misil de crucero ruso Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN), que violaría el tratado, de acuerdo con Washington.

El presidente ruso, Vladímir Putin, que también denunció el INF en febrero tras la decisión unilateral de EEUU, anunció medidas simétricas de respuesta y amenazó con apuntar con sus misiles a Estados Unidos si este desplegaba cohetes de corto y medio alcance en Europa.

El pasado 3 de julio Putin promulgó la ley sobre la salida rusa del tratado INF, que ya había sido aprobada por ambas cámaras del Parlamento ruso.

Rusia también acusó a EEUU de haber empezado a preparar el terreno para abandonar el INF hace casi dos años, cuando comenzaron las labores para la fabricación de misiles de corto y medio alcance en una de sus plantas militares del estado de Arizona.

Uno de los firmantes del INF en 1987, el expresidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, declaró la víspera que la expiración del primer tratado de desarme de la Guerra Fría "dinamitará no sólo la seguridad de Europa, sino de todo el mundo".

El exdirigente soviético instó a Moscú y Washington a intentar salvar el tratado sobre la reducción del armamento estratégico ofensivo START III, que expira en 2021.

Rusia ha llamado en numerosas ocasiones a Estados Unidos a iniciar las negociaciones para renovar el START, que busca limitar el arsenal nuclear de las dos potencias de forma paritaria y, aunque tenía originalmente una vigencia de diez años, es posible prolongarlo de mutuo acuerdo por un máximo de cinco más.

No obstante, tanto el presidente de EEUU, Donald Trump, como su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, han sido muy críticos con el tratado, que limitaba a un máximo de 1.550 el número de cabezas nucleares estratégicas para cada uno de los dos signatarios.