Un avión comercial con 143 personas a bordo se salió de la pista cuando aterrizaba en el aeropuerto naval de Jacksonville (Florida) el viernes por la noche y se precipitó al río Saint Johns, informó la Oficina del sherif del condado.

El aparato, un Boeing 737, procedente de la estación naval de la Bahía de Guantánamo (Cuba), no llegó a sumergirse pues no había mucha profundidad, añadió la oficina del alguacil a través de la red social Twitter.

"Todas las personas están vivas y han sido encontradas", agregó la oficina del alguacil local, mientras que la Estación Aérea Naval de Jacksonville señaló en un comunicado que el incidente, que se halla bajo investigación, produjo heridos leves que fueron tratados en el lugar.

Un total de 21 pasajeros fueron trasladados al hospital local para recibir tratamiento a sus heridas, de carácter leve, indicaron fuentes policiales.

"El personal de seguridad y respuesta de emergencia de las Fuerzas Armadas está en la escena y vigilan la situación", agregó la estación militar de Jacksonville.

Las autoridades están tratando de controlar el combustible que se ha filtrado en las aguas del río Saint Johns a raíz de este incidente, ocurrido sobre las 9.40 de la noche, hora local (1.40 GMT del sábado) y que involucró la participación de unos 50 bomberos.

Según medios locales, el avión es propiedad de Miami Air International, que opera vuelos chárter desde Guantánamo a estaciones aéreas navales en Jacksonville y Norfolk, en Virginia, y los vuelos normalmente llevan a miembros del ejército, familiares y personalidades.

"Podríamos estar hablando de una historia diferente esta noche. Así que hay mucho que decir sobre el profesionalismo de la gente que ayudó a los pasajeros a bajar del avión", dijo en una rueda de prensa el capitán Michael Connor, oficial de la base militar y quien dijo que el aterrizaje sin pérdidas de vidas ha sido un "milagro".

La abogada Cheryl Bormann, una de las pasajeras del vuelo, declaró a la cadena CNN que el avión voló a través de tormentas eléctricas y rayos, y que el aterrizaje fue "muy duro".

"El avión rebotó, chirrió y rebotó un poco más, luego se detuvo por completo de golpe", agregó.

Bormann señaló que en un primer momento, en medio de la oscuridad y la tormenta, solo sabían que estaban en el agua, pero no si estaban sobre un río o el mar, y que después de "un período de tiempo significativo" aparecieron los bomberos y personal de emergencia con botes inflables.