La Justicia rusa prolongó hoy por tres meses la prisión preventiva de 20 de los 24 marineros ucranianos a los que acusa del cruce ilegal de su frontera durante el incidente naval en el mar Negro en noviembre pasado, pese a la amplia condena internacional que generó su arresto.

En virtud de la decisión del tribunal, los marineros permanecerán en prisión preventiva hasta al menos el 24 de abril.

El tribunal moscovita de Lefórtovo emitirá este miércoles su decisión sobre los cuatro restantes marineros detenidos.

"Este resultado era de esperar. En Rusia no hay Justicia independiente", declaró Nikolái Pólozov, el abogado del comandante de la flotilla ucraniana apresada el 25 de noviembre, tras conocer la decisión del tribunal.

Agregó, no obstante, que la defensa tiene intención de recurrir el arresto de los marineros ante instancias judiciales superiores.

En cuanto al estado de ánimo de su cliente, Denís Gritsenko, el letrado aseguró que la presencia en la sala del tribunal de los familiares del marinero que llegaron desde Ucrania para darle ánimos "le dio fuerzas y esperanza de una pronta liberación".

La vista se celebró a puerta cerrada, pero algunos de los familiares pudieron ver a los marineros un breve instante cuando éstos fueron llevados a la sala del tribunal.

El tribunal de Lefórtovo de la capital rusa rechazó además la petición de los abogados de los marineros para traspasar el caso a la Justicia militar, a pesar de que los detenidos se consideran prisioneros de guerra.

Los marineros arrestados han dicho a los investigadores rusos que se consideran prisioneros de guerra y se han negado a declarar.

Moscú sostiene, sin embargo, que los ucranianos no pueden ser tratados como prisioneros de guerra, ya que "Rusia y Ucrania no se encuentran en estado de guerra".

Rusia afirma que interceptó tres buques y detuvo a sus tripulantes en aguas rusas del mar Negro, mientras que Ucrania mantiene que la captura se produjo en aguas internacionales, después de que los guardacostas rusos les cerraran el paso por el estrecho de Kerch cuando se dirigían hacia el mar interior de Azov, compartido por ucranianos y rusos.

El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) defendió el uso de la fuerza contra los barcos ucranianos al señalar que desoyeron las demandas de los guardacostas de detenerse y apuntaron con sus armas contra las lanchas rusas.

También el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que si los guardacostas hubieran actuado de otra forma, "habría que haberlos llevado a todos a juicio".

El futuro de los marineros es ahora una de las principales incógnitas, pues varios especialistas han sugerido la posibilidad de su intercambio por rusos presos en las cárceles ucranianas.

El líder ruso afirmó al respecto que el asunto sobre un eventual intercambio podría ser abordado únicamente después de que haya finalizado el proceso penal contra los marineros en Rusia.

La defensora del Pueblo ucraniana, Liudmila Denísova, quien llegó a Moscú para asistir a la vista del juicio de los marineros y reunirse con su homóloga rusa, confirmó este martes que Kiev estudia "todas las posibilidades" para un eventual canje de los ucranianos.

Denísova, quien no pudo entrar en la sala del tribunal, tampoco logró reunirse con la defensora de los Derechos Humanos rusa, Tatiana Moskalkova, quien se ausentó de Moscú por asuntos laborales.

La funcionaria aprovechó la ocasión, no obstante, para llamar la atención de las autoridades y los periodistas sobre el estado de la salud de los marineros apresados, tres de los cuales resultaron heridos durante la captura de sus barcos.

"Hoy por hoy no podemos estar seguros de que están bien", dijo, al tiempo que reclamó un certificado médico sobre la salud de los heridos, que según Moscú se encuentran bajo supervisión de especialistas en una de las prisiones preventivas de la capital rusa.