Las autoridades de Turquía han emitido este lunes órdenes de arresto contra más de un centenar de personas por sus presuntos lazos con el clérigo islamista Fetulá Gulen, tras lo que cerca de 60 han sido detenidas.

Según las informaciones facilitadas por la agencia estatal turca de noticias, Anatolia, las órdenes de arresto han sido emitidas contra un total de 102 personas, todas ellas militares retirados o en activo.

La Policía ha detenido a 56 de ellos en Estambul, mientras que hay operaciones también en la capital, Ankara, donde hay órdenes contra trece coroneles, entre ellos tres en activo.

El Gobierno turco culpa a Gulen, quien reside en Estados Unidos, de estar detrás del fallido golpe de Estado de julio de 2017. Gulen, que vive en el país norteamericano en un exilio autoimpuesto desde 1999, ha negado estar vinculado con la intentona.

El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, y Gulen eran aliados políticos hasta que la Policía y la Fiscalía, supuestos simpatizantes del clérigo, según el Gobierno turco, abrieron una investigación sobre corrupción en 2013 contra varios altos cargos del Ejecutivo.

Entonces, el mandatario turco acusó al clérigo de conspirar y erigir un Estado paralelo para derrocar al Gobierno con ayuda de la Policía y medios simpatizantes.

Desde el golpe, Turquía ha detenido a unas 160.000 y ha cesado casi al mismo número de funcionarios civiles, según estimaciones de la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas. De esa cifra total, más de 50.000 personas han sido imputadas y han continuado en prisión durante sus procesos.

El alcance de la persecución de las personas vinculadas con la asonada ha alarmado a las organizaciones de Derechos Humanos y a aliados occidentales de Turquía, que han acusado a Erdogan de haber puesto en marcha una purga para acabar con todos los críticos con su gestión.