El hacinamiento y la insuficiencia de servicios esenciales en los centros de recepción de inmigrantes y refugiados en las islas griegas es insostenible y pone en grave riesgos a los niños, entre los que aumentan los casos de desórdenes mentales, denunció hoy la ONU.

"Los centros de recepción están gravemente abarrotados, lo que significa que miles de inmigrantes y solicitantes de asilo, incluidos muchos niños, viven en condiciones miserables, que se deterioran rápidamente", dijo un portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Las situaciones más graves se están viviendo en la isla de Lesbos, donde más de 7.000 solicitantes de asilo, una cuarta parte de ellos niños, están apiñados en cobijos construidos para 2.000 personas.

En Samos, 2.700 personas, principalmente familias sirias e iraquíes, están en un centro de recepción previsto para acoger a 700 personas, lo que ha obligado a que se levanten carpas poco sólidas alrededor.

Y en las islas de Kos y Quíos, los centros de recepción están al doble de su capacidad inicial.

Según ACNUR, estos niveles de hacinamiento no se veían desde 2016, cuando todavía se estaba en plena crisis migratoria.

Actualmente, aunque la presión es más baja, las llegadas continúan a un ritmo que llegó a 114 personas a diario en agosto, frente a 83 diarias el mes anterior.

El organismo pidió a las autoridades griegas que aceleren los procedimientos de asilo para que aquellos que sean elegibles para acceder a este estatus sean trasladados al continente, aunque allí también las condiciones de recepción y cobijo son inadecuadas.

El Gobierno griego ha recibido fondos europeos para hacer frente a esta situación y la ONU le pidió que los use para descongestionar los centros de recepción de las islas, donde también están aumentando las agresiones sexuales.

ACNUR confirmó que los casos de problemas de salud mental están aumentando, incluso entre los niños, que enfrentan diversos tipos de agresiones por la inseguridad reinante y que además no reciben tratamiento adecuado.