El Gobierno británico ha expresado este sábado su "profunda preocupación" por la violencia registrada en Zimbabue tras las elecciones de esta semana, y caracterizada en su mayor parte por una "desproporcionada respuesta de las fuerzas de seguridad".

El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, ha hecho este viernes un llamamiento a la paz y la unidad indicando al líder opositor, Nelson Chamisa, que pese a su derrota en las urnas tiene "un rol fundamental que jugar en el presente y futuro" del país, en un intento por evitar que su rival desafíe el resultado electoral en los tribunales.

Mnangagwa también ha asegurado que investigará la acción de las fuerzas de seguridad, que ayer intervinieron a palos en una rueda de prensa de Chamisa, y advertido de que cualquier esfuerzo para coartar la libertad de expresión "no será tolerado en la nueva Zimbabue" que presidirá.

El caso es que el presidente Mnangagwa contribuyó a incrementar la tensión antes de los comicios al acusar a Chamisa de participar en nombre del longevo dirigente del país, Robert Mugabe, y advirtió contra una posible la victoria de su contrincante por representar al antiguo régimen.

Por todo ello, el Gobierno británico, antigua potencia colonial y socio comercial del país africano, ha "instado a todas las partes a trabajar juntas para garantizar la calma", en palabras de la ministra de Estado para África, Harriett Baldwin, en un comunicado.

"Es vital que cualquier apelación contra los resultados o el proceso se maneje con rapidez e imparcialidad", ha añadido.