El jefe del llamado "Estado Islámico" en el Sahel, Abu Walid Saharaui, reivindicó anoche el ataque contra un convoy de fuerzas francesas en Mali que causó tres heridos, uno de ellos de gravedad.

Los militares franceses, desplegados en Mali dentro de la llamada Operación Serval, circulaban entre las localidades de Ménaka e Indelimane cuando una bomba camuflada en la carretera explotó al paso de su vehículo blindado, que quedó destrozado.

El comunicado del EI, enviado a la agencia privada mauritana ANI (canal habitual de los yihadistas en el Sahel) asegura que los que llama "soldados del Califato" mataron a varios militares y destruyeron sus equipos, aunque las fuentes oficiales francesas solo hablaron ayer de tres heridos.

El EI, que raramente hace publicidad de sus actos, reivindica además en el comunicado su responsabilidad en uno de los ataques más sonados de los últimos meses, el que el pasado 4 de octubre y en el territorio de Níger fronterizo con Mali tuvo como blanco un contra un comando conjunto nigerino-estadounidense, que ocasionó nueve muertos, cuatro de ellos norteamericanos.

Además, reclama la autoría de varios ataques registrados el año pasado contra Níger, el ejército maliense, y "la plataforma de los infieles y sus aliados de Bamako", en referencia a grupos armados tuaregs próximos al poder en Bamako

Abu Walid Saharaui anunció en mayo de 2015 que sometía a su grupo a la autoridad del Estado Islámico y se ponía bajo las órdenes de su líder Abu Bakr al Baghdadi, contrariamente al resto de las fuerzas yihadistas en el Sahel que permanecen fieles a Al Qaeda y que fusionaron sus fuerzas el pasado año bajo una nueva alianza dirigida por el histórico Mojtar bel Mojtar.