François Hollande, pretendiente a la candidatura socialista para las presidenciales de Francia del año próximo, tendrá que declarar en la investigación que se lleva a cabo en París por la denuncia de violación contra el exdirector del FMI Dominique Strauss-Kahn (DSK).

Le Figaro reveló ayer que los policías que dirigen las pesquisas han convocado a Hollande para que aclare si aconsejó a la periodista Tristan Banon, que acusa a DSK -como se le conoce popularmente en Francia-, de haberla violado en 2003, sobre si tenía que denunciar al dirigente socialista.

El rotativo sostiene que Hollande, quien era entonces el primer secretario del Partido Socialista (PS), recomendó a Banon que denunciara a DSK, aunque él ha negado haber intervenido en uno u otro sentido en lo que ha calificado de "un acontecimiento de violencia personal".

El diario L''Express publicó ayer las declaraciones ante la policía de la madre de Tristan Banon, Anne Mansouret, uno de los principales apoyos de la denuncia de violación de su hija a la que, de acuerdo con su propia versión, en 2003 le había aconsejado que no formalizara la acusación ante la policía por las consecuencias que podría acarrear.

La madre también calló

En declaraciones a la edición de ayer de Le Monde, Hollande reconoció que Mansouret le habló de que su hija "había tenido un incidente con DSK", pero "no me dio ningún detalle ni me pidió nada y yo le respondí que la mejor solución era que si su hija había tenido un problema, lo mejor es que lo dijera a la policía".

Hollande insistió en que "el PS no tenía que comportarse como un juez", no se abrió ninguna investigación interna y él en particular considera que no tiene nada que reprocharse y no aceptará "ninguna utilización política de este caso".

Anne Mansouret, que también se dedica a la política en el Partido Socialista y ahora ocupa el puesto de vicepresidenta del consejo general (diputación provincial) del departamento de Eure, contó el pasado miércoles a los investigadores que ella misma tuvo en 2000 una relación sexual con DSK "consentida", pero "brutal", en una oficina.

Esos hechos ocurrieron en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París, donde DSK trabajaba entonces como consejero especial del secretario general y Mansouret no se lo había confesado a su hija hasta ahora.