Test serológicos: la importancia de conocer la inmunidad frente al virus :: Prensa Ibérica

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COVID19: la importancia de conocer la inmunidad frente al coronavirus

Ahora que ya contamos con otras técnicas de detección para medir la presencia o no del virus, como las pruebas PCR o los test rápidos de antígeno, lo ideal es completar el estudio con una prueba serológica posterior que nos permita verificar la presencia de anticuerpos frente al virus en la persona infectada

Después de meses conviviendo día tras día, e incluso casi hora tras hora, con las noticias en torno a la Covid-19, vamos conociendo más y más sobre el virus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad. A medida que avanzan las investigaciones y crece ese conocimiento, van apareciendo nuevas pruebas de diagnóstico cada vez más fiables y más rápidas como los nuevos test de antígenos, capaces de identificar posibles contagios con la misma eficacia que la clásica PCR con la ventaja de poder tener los resultados en apenas 15 minutos. Ambas opciones siguen conviviendo con otras como los tests serológicos de anticuerpos que, además, tienen una gran relevancia porque proporcionan una información muy valiosa.

Estas fueron las primeras pruebas que se realizaron en España, tanto los denominados test rápidos de dedo (muestra obtenida por punción digital) como las muestras analizadas por métodos ELISA/CLIA (obtenidas por punción en sangre venosa), que miden nuestro estado inmunológico frente al virus en función de los anticuerpos IgA, IgM e IgG desarrollados por nuestro organismo. Las inmunoglobulinas no determinan la presencia del virus, sino la respuesta inmunológica de nuestro cuerpo cuando hemos estado expuestos al virus. Es decir, nos dicen si el individuo ha estado en contacto con el virus, haya desarrollado síntomas o no. Como si fueran dos líneas de batalla frente a la infección, las IgM son los primeros anticuerpos que aparecen en sangre. Las IgG aparecen más tarde, a partir de los 8-14 días tras la infección, y que pueden desaparecer o permanecer, incluso en ocasiones indefinidamente. Por lo tanto, los resultados de este test nos proporcionan información sobre en qué fase de la infección se encuentra el paciente:

  • Si cuando se realiza una prueba de anticuerpos solamente se observa la presencia de IgM probablemente nos encontremos en las fases iniciales de la infección.

  • Cuando el análisis muestra IgG e IgM pensamos que ha pasado más tiempo desde el inicio de la infección y que quedan restos de la fase aguda.

  • Cuando sólo se observan anticuerpos IgG es porque la fase de replicación viral ha pasado.

Ahora que ya contamos con otras técnicas de detección para medir la presencia o no del virus, como las pruebas PCR o los test rápidos de antígeno, lo ideal es completar el estudio con una prueba serológica posterior que nos permita verificar la presencia de anticuerpos frente al virus en la persona infectada; aunque todavía no sepamos con certeza cuál es el nivel de inmunidad optimo ni la duración de la misma, esto es clave para averiguar si, en caso de reinfección, podría o no causarnos una patología grave. Es cierto que “Habrá que esperar meses e incluso años para conocer de forma fiable los efectos de una segunda infección de coronavirus”, según afirman diferentes grupos de científicos pero, en cualquier caso, conocer el estado de inmunidad es importante sobre todo para todas aquellas personas que hayan padecido la enfermedad de forma asintomática, además de las que, habiéndola padecido, no conocemos su situación inmunitaria.

Se habla mucho de la vacunación y de las estrategias que habrá que establecer para la misma, pero no será posible vacunar a toda la población “de forma simultánea”, ya que la vacuna se producirá y comercializará de forma progresiva.

Se habla de la importancia de la inmunidad colectiva, de grupo o “de rebaño”, para poder considerar que la progresión de la pandemia puede ser controlada y que, para ello, ésta debería de alcanzar “de forma óptima” al 60% de la población aproximadamente. Cuando suficientes personas de una comunidad están protegidas contra una enfermedad contagiosa, es difícil que la infección se propague. El conocimiento del estado inmunitario de diferentes grupos poblacionales, además del establecimiento de los grupos de mayor riesgo, puede ayudar a establecer qué personas deberán de someterse a la vacunación de forma prioritaria, ya que quienes tengan suficiente inmunidad, podrían ser vacunados en fases posteriores, si ello fuera necesario.

Por tanto, la realización de pruebas de determinación inmunitaria de tipo serológico, que son mucho más específicas, ayudaría a conocer qué subpoblaciones no presentan inmunidad pero, por otro lado, nos permitiría identificar qué personas presentan inmunidad aunque, aparentemente no hayan pasado la enfermedad.

Desde el comienzo de la pandemia, Quironprevención, empresa de prevención de riesgos laborales del grupo Quirónsalud, ya ha realizado más de 600.000 pruebas COVID-19 tanto a trabajadores de empresas como a particulares y, efectivamente, se constata el incremento de la demanda de pruebas de detección de virus frente a las de que realizan detección de anticuerpos, cuando en realidad, según apunta el Dr. Leopoldo Álvarez, “Ambas son pruebas complementarias” y con diferente finalidad, ya que unas nos permiten detectar al virus y actuar con inmediatez tratando y/o aislando a la persona infectada, y las otras nos ayudan a conocer el estado inmunológico de la persona y conjunto de la población”, lo que podría ayudar a establecer los procedimientos y estrategias de vacunación en función de la disponibilidad de las diferentes vacunas.

En el entorno laboral, la realización de pruebas serológicas se vuelve aún más importante, ya que conocer el porcentaje de empleados de una plantilla que cuenta con inmunidad y el porcentaje de los que no la presentan (negativos) debería influir directamente en el protocolo de medidas a adoptar y, por tanto, en la gestión del riesgo. Para las compañías, desde Quirónprevención recomiendan lo siguiente:

  • Si queremos saber si en una plantilla hay presencia de casos sintomáticos o asintomáticos que puedan suponer una situación de brote o un riesgo de contagio en la compañía, tenemos dos opciones: hacer PCR (o test antigénicos) directamente, o hacer tests serológicos y realizar PCR solo a aquellos individuos que tengan anticuerpos IgM sin haber desarrollado todavía anticuerpos IgG.

    Si lo que buscamos es saber qué grado de protección tiene la plantilla, debemos hacer pruebas serológicas y determinar qué porcentaje de los empleados presenta anticuerpos IgG.

¿Qué prueba es la más adecuada en cada caso?

Caso 1. Hasta ahora no he presentado síntoma alguno ni he tenido un contacto estrecho* con un positivo. Se recomienda realizar una prueba de detección de anticuerpos, es decir, una prueba serológica, que facilite información sobre el estado inmunitario de la persona. Si el resultado de la misma fuese negativo y no hubiesen variado las condiciones de contacto comentadas, se recomienda repetir la misma en un plazo de tiempo que dependerá de la prevalencia existente en ese momento en su entorno.

Caso 2. No tengo síntomas, pero sí he mantenido un contacto estrecho con un positivo. En este supuesto lo mejor es realizar en el momento en el que se es conocedor de haber mantenido un contacto estrecho con un positivo, una PDIA (prueba de detección de infección Aguda: PCR o Test Antígeno rápido)

Si el resultado de la PDIA fuese positivo, la recomendación de Quirónprevención es realizar lo antes posible una prueba serológica y caso de presentar esta un valor de IgG +, se consideraría el fin del caso, y no habría que aislar ni repetir ninguna prueba más en ese momento. La persona podría reincorporarse a su trabajo. Si el valor de la Ig G es -, se considera infección activa y realizará aislamiento durante 10 días y se hará búsqueda de contactos.

Si el resultado de la PDIA fuese negativo, no hay que realizar prueba serológica ni aislamiento ni búsqueda de contactos, pudiendo continuar con su trabajo.

Caso 3. Presento síntomas compatibles con los de la COVID-19. Igual que en el caso anterior, se recomienda la prueba de detección del virus de manera inmediata y según el resultado obtenido, proceder como hemos comentado con anterioridad.

* Se considera ‘contacto estrecho’, según recoge el Ministerio de Sanidad en su documento de ESTRATEGIA DE DETECCIÓN PRECOZ, VIGILANCIA Y CONTROL DE COVID-19, “a cualquier persona que haya estado en el mismo lugar que un caso, a una distancia menor de 2 metros y durante más de 15 minutos.”