Hidrógeno renovable: el futuro (cercano) de la movilidad sostenible :: Prensa Ibérica

Hidrógeno renovable: el futuro (cercano) de la movilidad sostenible

España ocupa una posición privilegiada para el despegue definitivo del hidrógeno como alternativa de movilidad con cero emisiones netas. A corto plazo, tendrá un precio competitivo, se puede repostar en pocos minutos y permite una autonomía de más de 700 kilómetros. Estas y otras virtudes lo convierten en una opción sostenible para mover no sólo coches, sino también trenes, barcos y aviones.

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La movilidad sostenible es uno de los grandes pilares del Pacto Verde Europeo. Conocido como ‘Green Deal’, es una herramienta de lucha contra el cambio climático que pretende que Europa sea, en 2050, el primer continente climáticamente neutro. Para ello, contempla el objetivo de reducir las emisiones generadas por el transporte en un 90% con respecto a las de 1990.

Una meta en la que el hidrógeno tiene mucho que aportar. Este gas parte con la ventaja de ser el elemento químico más abundante del universo, pero la tecnología le ha dado el impulso definitivo con el desarrollo de procesos como la electrólisis, que ahora se alimenta de energía eléctrica renovable y con el que se consigue fabricar un hidrógeno mucho más sostenible que el convencional. Otro atributo que convierte a este vector energético en una de las principales apuestas para la descarbonización del transporte, junto a los biocombustibles o la electrificación.

El hidrógeno y sus derivados en la movilidad

Los vehículos impulsados por hidrógeno son también eléctricos, pero en lugar de tener una batería, cuentan con un depósito de hidrógeno que alimenta una pila de combustible, en la que se mezcla con oxígeno para generar la energía eléctrica que propulsa el motor. El único producto resultante de este proceso, que sale por el tubo de escape, es vapor de agua. Dependiendo del tipo de carga y las características de la pila, los coches de hidrógeno permiten una autonomía de hasta 600-800 kilómetros y pueden llegar a repostarse de manera muy similar a los coches de gasoil o gasolina, en apenas unos minutos.

Otra opción en auge para utilizar el hidrógeno como solución de movilidad es la producción de combustibles líquidos de baja huella de carbono (los conocidos como e-fuels), que se fabrican utilizando agua y CO2 capturado como únicas materias primas. Se trata de combustibles sintéticos que se usan de la misma manera que los tradicionales, con la ventaja de que son compatibles con cualquier vehículo actual y permiten además aprovechar la infraestructura ya existente. “El hidrógeno y sus derivados, como los ‘e-fuels’, podrán mover cualquier tipo de transporte, especialmente el de mercancías de largo recorrido, la aviación o el sector marítimo, difícilmente electrificables, al menos, en el corto-medio plazo”, expone Dolores Cárdenas, Advisor Product Design en Repsol Technology Lab.

¿Cómo está de avanzado el desarrollo del hidrógeno en España?

Desde el punto de vista tecnológico, España desarrolla el 15% del I+D europeo en hidrógeno y el 3,8% a nivel mundial. Tenemos un enorme potencial. Además, tenemos muchísima industria relacionada con el transporte; en España se fabrican aviones, trenes, barcos y automóviles. Si ponemos juntos estos dos factores vemos que España tiene el potencial de desarrollar vehículos que funcionen con hidrógeno y además puede alimentarlos porque puede producir gran cantidad de hidrógeno renovable y a un precio muy competitivo. España podría autoabastecerse de hidrógeno renovable como un combustible alternativo”, señala Javier Brey, presidente de la Asociación Española de Hidrógeno.

Para el despegue definitivo del sector del hidrógeno, al desarrollo y la disponibilidad de la tecnología hay que sumarle dos factores más: “Estrategia y presupuesto. Y también los tenemos los dos”, afirma Brey. La estrategia se establece en la Hoja de Ruta del Hidrógeno aprobada por el Gobierno en 2020, que marca el camino a seguir hasta 2030 y que permitiría reducir en 4,6 millones de toneladas las emisiones de CO2. Uno de los hitos más importantes, que hará posible el despliegue definitivo de un parque móvil de hidrógeno, es el que compromete a España a tener entre 100 y 150 hidrogeneras para 2030. Para Brey, que participó en la elaboración de esa hoja de ruta, los objetivos no solo son realistas y alcanzables, sino que dos años después ya se han quedado muy cortos.

Hidrógeno renovable: Objetivos 2030

¿Cuándo serán una realidad los vehículos de hidrógeno?

“Se estima que el 2% de los utilitarios en 2030 será de hidrógeno y el 10% de los autobuses y camiones. De aquí a ese año ya veremos un número elevado de vehículos”, avanza Javier Brey.

En cuanto a otros medios de transporte en los que la transición hacia la descarbonización es más compleja, las empresas españolas también han respondido: ya hay anunciados hasta tres prototipos de aviones para el año 2035, y en transporte ferroviario también hay proyectos en marcha, como el impulsado por la alianza entre Repsol y Talgo para el desarrollo de trenes duales hidrógeno-eléctrico que permitirán descarbonizar las líneas férreas, especialmente aquellas de la red secundaria que no han sido electrificadas.

Todo esto pone de manifiesto el potencial del hidrógeno renovable para impulsar no solo la movilidad sostenible, sino también nuestra economía. A medio plazo se convertirá, señalan los expertos consultados, en una de las patas fundamentales para la descarbonización del transporte, junto a otras soluciones. La combinación de todas ellas, coinciden, nos va a permitir llegar más rápido a la deseada neutralidad climática.

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