El director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, ha asegurado hoy en Salamanca que el autor y dramaturgo Lope de Vega no tenía gran facilidad para escribir poesía, al contrario de lo que le sucedía con otros textos y obras de teatro.

De la Concha ha pronunciado la conferencia titulada "En el taller poético de Lope: los borradores del Códice Pidal (1626-1630)", organizada por la Cátedra de Altos Estudios del Español de la Universidad de Salamanca.

En declaraciones a los periodistas ha revelado que la facilidad para escribir poesía que le faltaba a Lope de Vega (Madrid 1562-1635) se constata en dos de los tres códices manuscritos que se conservan del escritor y dramaturgo.

En ellos se observa que aunque tenía una gran facilidad para escribir textos y obras de teatro, como a él mismo le gustaba decir, respecto a la poesía no tenía esa "escritura fácil".

De este modo, se ha referido que en el Códice Pidal, que incluye cerca de 40 poemas inéditos, se puede constatar "cómo para un soneto -catorce versos- llegaba a escribir y a tachar 58 líneas".

Desde su punto de vista, este tipo de manuscritos tienen un "gran interés filológico", porque en ellos se puede ver cómo en ocasiones esa "facilidad" literaria "le venía -en alusión al dramaturgo del Siglo de Oro español-, mientras que otras veces no".

Precisamente, de él ha dicho que era un hombre "generoso" y que vivía con intensidad la vida cotidiana madrileña, por lo que aprovechaba cualquier celebración para escribir unas líneas.

Ha significado que los códices de Lope de Vega que han llegado hasta la actualidad los compuso en su última etapa vital, entre 1625 y 1635, y se trata de cuadernos escritos de su puño y letra que permiten conocer mejor a este escritor del Siglo de Oro español.

Estos documentos pasaron de generación en generación y se fueron dispersando, si bien, actualmente, se conserva el denominado Códice Durán-Masaveu y el Códice Pidal, mientras que el Códice Daza fue vendido a finales de los años 60 del siglo XX.