El estreno de esta noche no es el primer vínculo que Nino Díaz tiene con la cultura musical rusa. De hecho, la elaboración de su "Concierto nº 2 para clarinete" se cruzó cronológicamente con otro encargo, el que le hizo la Asociación de Compositores de Moscú. "En 2011, cuando fui comisionado por el Festival de Música de Canarias, se cruzaron ciertamente varios proyectos, tanto a nivel creativo como en mi faceta de gestor cultural. La obra finalmente ha quedado pospuesta de acuerdo con la Asociación de Compositores de Moscú, que, a falta de un estreno absoluto, ha programado la interpretación de mi Concierto nº 1 para clarinete y orquesta en el Festival de Música Contemporánea de Moscú en noviembre de este mismo año, y estoy haciendo gestiones para que el solista sea Cristo Barrios". "Como dicen mis allegados -apostilla-, siempre ando muy ocupado. Ahora, por ejemplo, tengo en mi agenda cuatro encargos: Puertas Invisibles, para el ensemble vasco Kuraia, que se estrenará en julio en Berlín; Lunas negras, el universo simbólico de García Lorca, escrita para el solista de la Staatskapelle de Berlín, uno de los mejores violinistas del mundo; Cuatro canciones, para la soprano Saioa López, y la banda sonora del vídeo promocional (protagonizado por Maribel Verdú) para un festival de cine español en Berlín". Por otro lado, Díaz reconoce que Cataluña y Barcelona, donde residió durante veintisiete años, han desempeñado un papel muy importante en su vida, al igual que Berlín, donde vive actualmente. "Pero ningún lugar -aclara-, por años que pase en él, podrá tener en mi vida y en mi obra el significado que tiene Canarias. Las personas somos nuestra infancia. Mis primeros recuerdos musicales coinciden con mis primeros años de vida: los ranchos de Pascua, las rondallas, el timple (que empecé a tocar con siete años mientras aprendía solfeo con mi padre)... Lo que se vive en la infancia no forma parte de los recuerdos, sino de la vida misma y de la propia persona".