Al menos 300 taxistas colombianos que utilizan motocicletas se enfrentaron ayer por segundo día consecutivo con miembros de la Guardia venezolana en los puentes fronterizos Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar.

Los controles excesivos y presuntos abusos de autoridad son expuestos como argumento por los llamados mototaxistas, que lanzaron piedras y quemaron neumáticos en los puentes entre Cúcuta, capital del departamento colombiano de Norte de Santander, y las localidades venezolanas de Ureña y San Antonio del Táchira.

La Guardia venezolana, por su parte, lanzó gases a los manifestantes. El paso por los dos viaductos fue interrumpido y al lado del mismo se acumulan centenares de vehículos.

También por segundo día consecutivo, en Cúcuta medios locales informaron de que las protestas se originaron por las recias requisas e impedimentos para entrar y sacar mercancía del vecino país por orden del presidente Chávez.

"No nos dejan trabajar"

"Lo que pasa es que no nos quieren dejar trabajar, no nos quieren dejar sacar nada, no quieren dejar entrar gente ni allá ni acá", dijo uno de los manifestantes que cubría su rostro con un pasamontañas a un corresponsal de Noticias Caracol.

El miércoles, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, se comprometió a solucionar los problemas fronterizos y declaró en un acto de homenaje a un senador que su Gobierno "no agotará esfuerzos para que Colombia pueda normalizar totalmente sus relaciones con la comunidad internacional".

Agregó que el derecho de los habitantes de frontera a su integración ilimitada es superior a la competencia de los gobiernos para promover leyes o dictar decretos.

"Nosotros creemos que los derechos de los ciudadanos de frontera son unos derechos naturales que trascienden y se deben imponer sobre las decisiones de legislación positiva de los Estados", indicó también el gobernante.

Por otra parte, un guardia venezolano dijo a la edición electrónica del diario La Opinión de Cúcuta que es "obligación de Colombia y no de nosotros" que se controlen los desórdenes en la zona fronteriza. Añadió que "esa asonada está en Colombia" y "nos están atacando" e insistió en que deben ser las autoridades colombianas las que deben asumir los controles.