En el PP canario se espera con cierta ansiedad la aprobación definitiva de los Presupuestos Generales del Estado para poder cerrar la incorporación de los conservadores al Gobierno de Canarias. Es un secreto a voces, por más que tanto desde el PP como desde Coalición y el Gobierno niegan los contactos. El asunto fue tratado por Asier Antona con Mariano Rajoy en la cena que mantuvieron el pasado viernes en Las Palmas, tras la celebración del congreso insular del PP que convirtió a María Australia Navarro en presidenta del partido. Asier y su equipo son partidarios de una incorporación lo más rápida posible al Gobierno, y Rajoy de esperar a que se resuelvan los Presupuestos. No quiere añadir nuevos problemas a una negociación en la que la no beligerancia del PSOE -que se movió secretamente para conseguir el apoyo del PNV- y de Nueva Canarias puede resultar muy importante. De lo que se trata es de no precipitar los acontecimientos. Rajoy se refirió -muy gallegamente- a la posible incorporación del PP al Gobierno de Canarias en las declaraciones realizadas en el congreso de su partido en Tenerife, que revalidó la presidencia de Manuel Domínguez, en las que dejó claro que el PP no va a provocarle problemas al Gobierno de Canarias.

Pendientes, pues, de lo que queda de trámite presupuestario, el PP canario define internamente el calendario -con fecha límite para la incorporación antes del verano- y también cuál habría de ser su papel en el próximo Gobierno. Todo indica que optarán por dos de las consejerías de las que se hizo cargo el PSOE -Obras Públicas y Presidencia-, que renunciarían a Asuntos Sociales, que -al parecer- quieren cambiar por Turismo, y que está por definir la solución que se le dará a Sanidad. Clavijo quiere mantener a Baltar, que fue su gran apuesta, y no está claro si se cambiará esa consejería por otra. Lo que sí es obvio es que Antona se convertiría en vicepresidente.

Mientras eso se materializa (o no), Antona y los suyos se entretienen con una agenda de reformas que han presentado al Gobierno regional, y que viene a ser una suerte de adelanto del pacto que los peperos esperan suscribir con Coalición. Así, mientras se discuten esas propuestas, se va adelantando en un programa común... Es una forma de llegar a la negociación de los cargos -la más difícil siempre- con el trabajo previo ya hecho.

Las propuestas del PP no descubren la pólvora: casi mejor. Está uno harto de ver proyectos políticos que sobre el papel lo incluyen y resuelven todo y luego no van a ningún lado. El del PP es un recetario sencillito, con siete propuestas con pocas aportaciones novedosas: la modernización del sistema fiscal (eso en lenguaje pepero quiere decir bajar los impuestos), la reducción de la burocracia (eso no significa nada en lenguaje ninguno), la internacionalización de los sectores productivos (eso no se sabe qué quiere decir), la promoción del REF en el extranjero (eso es más pasta para campañas y viajes... ¿Querrán Hacienda?), la reforma de las políticas activas de empleo (eso significa darles menos dinero a Cabildos y Ayuntamientos) y un par de declaraciones muy genéricas sobre la mejora del sistema educativo y la sanidad; además de dos adendas, una para llevar la banda ancha a todos lados, incluso a mi barrio, que vivo en Santa Cruz de Tenerife, pero mi hijo se queja de lo mal que le va la "Play", y otra para que Canarias asuma una posición de liderazgo como región ultraperiférica en las negociaciones del nuevo marco presupuestario europeo.

Con todo eso tienen para estar ocupados por lo menos este mes. Luego entrarán en el Gobierno y ya estarán a lo mismo de siempre. A verlas venir.