Les juro, desocupados y listísimos lectores, que, cuando lo ve, a ella se le ilumina la cara; de pura admiración. Como una nit de llampecs. Y cuando Fernando entra por esa Radiocrús ?así ha llamado siempre el mago a la SER?, alfombra roja. Admiración ?y tal? de Lourdes Santana por mi amigo Fernando Clavijo, que tiene feeling, charme. Los británicos y los gabachos encuentran siempre palabras más afortunadas que las nuestras para definir los sentimientos. Ella le llevó el Teide a La Laguna. ¿Habrá algo más hermoso que mover ese cacho de volcán por afinidad personal? Sabina lo definió con su enorme poesía: ?... porque el amor, cuando no muere, mata; porque amores que matan nunca mueren?. Qué maravilla, me está dando hasta un cujún cujún entre mis ingles de jubileta. Lamento no haber podido asistir a la presentación del libro de mi estimado don José María Segovia. Me avisaron tarde. Pero prometo comprarlo y leerlo, aunque ya lo conozco por trozos, porque no me pierdo ninguna de sus cronicazas en este mismo periódico. Enhorabuena, ingeniero. Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, sigue diciendo Sabina. Ay. Yo soy más de Leonardo Fabio: ?Ding, dong, ding, dong, son las cosas del amor?. Y luego se murió; ya saben que la palmó hace meses. Pues ?ding, dong?. Van a sonar las campanas de La Oliva. Este año nos darán las uvas de la TVAC desde allí, con Dani Calero y mi admirada Eloísa, que está debajo de un almendro, en clave de ja. Puede ser divertido entre tanto guiri y tanta señal de tráfico. Porque La Oliva es la ciudad del mundo donde existen más señales por metro cuadrado en un casco urbano. Me huele a chamusquina. Oh, Dios, he leído en no sé dónde que mis estimados Mariló Montero y Santi González se han dicho adiós. La ex de Carlos Herrera, presentadora de La 1, y Santi el nuestro acabaron su amor... de tanto usarlo. Bueno, un suponer. Siempre les quedará París. Ay, acerté a ver a Bermúdez, pero el hombre nos miró y como yo estaba con Willy García tomándome un café hospitalario ?en Hospitén?, se echó a correr, como Iñaki Urdangarín. Coño, ¿qué le he hecho yo a Bermudillo? No recuerdo apenas. Y han nombrado a un Niño alcalde de Arona. ¿Al Niño Jesús? Ahora, en los plenos, pues ?porque Niño dice?, ?porque lo dice el Niño?. Qué familiaridad, qué desdicha, tía Jadicha. Que vaya de Niño al belén viviente de La Camella. Pocos días antes de morir Cubillo, el concejal de Santa Cruz Hilario Rodríguez le propuso que la ciudad le concediera honores. Esta crónica dominguera me encanta, porque tiene mala leche. Como la tienen quienes, más allá de las opiniones respetables, se han cebado con un hombre bueno que se fue, de repente, sin que nadie pudiera despedirse de él. Deberían aprender de Cubillo quienes maman de la cosa pública. Él no quiso ocupar cargo oficial, ni aceptó un duro que no le correspondiera. ¿También esto les molesta? Aprovecho que sus tres hijos están aquí, con Teresa, para decirles que su padre fue un gran hombre, un patriota y un amigo como pocos. Y una persona decente que se forjó un ideal y murió por él. ¿Habrá algo más hermoso en esta vida que morir por lo que uno cree? Eso es también amor.