Camareros sin inglés

Con la cantidad de paro que hay en Canarias y gente de gran currículum ofreciéndose para cualquier trabajo, algo se debe de estar haciendo muy mal cuando, aun así, es posible comprobar que la mano de obra del primer sector económico sigue adoleciendo de falta de formación en idiomas; ni siquiera para algo tan elemental como decirle al cliente de un restaurante qué es lo que come. Y, encima, levantando la voz, como si el cliente fuera sordo.

Se lo decían en italiano

La escena se produjo el domingo pasado en un restaurante muy céntrico del Puerto de la Cruz. Dos mujeres británicas en la terraza piden su cena y después llaman a la camarera para que les explique qué cosa es algo que lleva su plato. Esta no sabe explicarles y llama a un compañero que empieza a decir: "¡Frutto di mare!", como si el italiano fuera el idioma universal. Las clientas, por supuesto, se quedaron sin saber que comían marisco.

La concejala nerviosa

Hay una concejala en Santa Cruz que, no sabemos si por nerviosismo, venganza, intransigencia existencial o qué otra cosa, opta por la caza de brujas cuando un periódico publica una noticia que le atañe y no le gusta. Si una edil no acude a una comparecencia que le han pedido por un cita médica, pues no pasa nada; no hay que matar a la fuente (que no era ningún otro edil) ni montar un escándalo, salvo que tenga algo que esconder.