DURANTE las tres últimas ediciones del Premio Canarias de Literatura, convocado por el Gobierno autónomo, durante los últimos nueve años, el Cabildo de Tenerife ha propuesto como candidato a esa distinción a un poeta y ensayista nacido en Las Palmas; seguramente con todo merecimiento. Se llama Andrés Sánchez Robayna.

Pero sorprende que en todos estos años nuestra corporación insular haya ignorado la existencia de escritores tinerfeños con méritos sobrados para obtener el citado galardón, entre ellos autores como Alberto Omar, Emilio Sánchez-Ortiz, Luis Alemany, Alberto Vázquez-Figueroa, Cecilia Domínguez Luis, Juan José Delgado, Miguel Martinón; o ensayistas de la literatura y de la crítica, como Ramón Trujillo Carreño o Rafael Fernández...

¿Quiénes son los responsables de esta amnesia corporativa? Tal vez el consejero -falso- de Cultura del Cabildo tinerfeño, Cristóbal de la Rosa, o algún paniaguado enchufado en el TEA por mano amiga. ¿Sucede algo parecido en el Cabildo de allá? Por supuesto que no. A nadie de aquella isla se le ocurre proponer a alguien no nacido en territorio canarión. Y es lo lógico. Los cabildos tienen representación insular y es normal que defiendan y apoyen a los nacidos, criados y ensolerados en la respectiva isla. Lo demás es de idiotas.

Hace tiempo que la política cultural del Cabildo de Tenerife es errática. Aquí hemos dejado que el tal Cristóbal de la Rosa haga y deshaga. Ya no hay consejero de Cultura, o al menos no lo parece. La política editorial también se ha muerto. Porque se ha dejado en manos de alguien que no parece tener capacidad para llevarla a cabo.

El Cabildo de Tenerife se debe poner las pilas, empezando por su todavía presidente -estamos a la espera de que dimita y se vaya de Coalición Canaria si no le dan el Parque Nacional del Teide a la institución insular, como ha prometido-. Puede que su lucha titánica contra Paulino Rivero le haya atacado a sus neuronas culturales y por eso quiera proponer a un escritor de Las Palmas para el Premio Canarias de Literatura, habiendo en la isla que dice representar grandes autores con merecimientos de sobra para ser premiados.

Luego dicen que nosotros fomentamos el pleito. No, nosotros defendemos lo nuestro. Quienes fomentan el pleito son aquellos que cometen, o intentan cometer, injusticias, promoviendo lo ajeno e ignorando lo propio. Solo eso, hermanos. Un poquito de fundamento no le vendría mal al Cabildo.