Alrededor de las siete de la mañana de ayer, llegaba a aguas del Puerto de la capital tinerfeña una extraña embarcación que pasó desapercibida para los efectivos de vigilancia y seguridad. Su presencia, encallada en la arena de la playa de Valleseco, motivó un despliegue de diferentes efectivos de los cuerpos de seguridad, que se apresuraron a realizar la inspección el interior de la embarcación.

Al parecer, por los restos de comida y otros utensilios hallados a bordo, esta barca podía haber venido tripulada por dos personas, cuyas intenciones se desconocen porque, simplemente, se esfumaron nada más tomar tierra.

El origen de esta extraña embarcación, que contaba con un motor fuera borda, podría ser marroquí, y todo apunta que ha sido empleada para el tráfico de sustancias estupefacientes, una práctica que en los últimos tiempos se ha intensificado en la costa del Distrito de Anaga, ya que a lo largo de los primeros meses del año se han localizado en playas como la de Almáciga embarcaciones de similares características o de tipo neumático que llegaban a tierra en horas extrañas.

Los vecinos de Valleseco no se percataron de este desembarco, a pesar de que la pequeña nave atravesó las aguas del puerto capitalino hasta que se deslizó sobre la arena de su playa, y que su aspecto difiere del diseño tradicional de este tipo de embarcaciones que se emplean para la pesca en la Isla.