La Sociedad Insular para la Promoción de las Personas con Discapacidad (Sinpromi) ha podido detectar en sus visitas a establecimientos turísticos para analizar su grado de accesibilidad que aún siguen existiendo numerosas deficiencias entre las empresas tinerfeñas del sector, el de mayor peso de la economía canaria.

"Hemos encontrado que, de alguna manera, la iniciativa privada no está cumpliendo del todo la normativa en cuestión de accesibilidad", afirma la responsable del Área de Accesibilidad de Sinpromi, Dulce Torres, que detalla que ese control no solo llega a hoteles, sino también a centros comerciales, restaurantes, espacios de ocio, museos o parques temáticos, entre otros.

Sobre las acciones realizadas en los últimos años, Torres indica que se han desarrollado proyectos dirigidos a la mejora de las playas o de los museos, y que ahora cuentan con un convenio de colaboración con el Consorcio de Rehabilitación del Puerto de la Cruz, del que surgen las jornadas que se celebraron ayer en la ciudad turística bajo el título "Turismo y accesibilidad universal: calidad y oportunidades".

Pese a ello, todavía queda bastante por hacer. Según explica la experta en declaraciones a este periódico, en muchos casos comprueban que se ha actuado pero que, realmente, no se acaba de cumplir con los requisitos exigidos. Ejemplos: puertas sin la anchura necesaria, utilización de bañeras en vez de platos de ducha, instalación de mamparas fijas, insuficiente espacio libre junto al inodoro, uso de los baños adaptados de bares o restaurantes a modo de almacenes...

Dulce Torres puntualiza que, a menudo, la accesibilidad es "una cuestión de detalles", debido a que una mala actuación, como puede ser una barra colocada de forma incorrecta, es capaz de "anular" una intervención completa. Una vez localizados este tipo de defectos, lo que hacen desde esta sociedad dependiente del Cabildo es enviarles un informe a los empresarios que incumplen.

"Hay entidades que sí son más comprometidas; en cambio, otras lo dejan para planteamientos futuros, para irlo haciendo poco a poco... y notamos que el compromiso es muy vago", señala. "Existe una falsa creencia de que la accesibilidad es solo para unos pocos", continúa la responsable en esta materia de Sinpromi, que centra la atención en los viajes con niños pequeños o con personas mayores, así como en que cualquiera puede verse afectado en algún momento de su vida por un problema de movilidad o comunicación reducida.

Según las cifras del Cabildo, alrededor de un 3% de los visitantes son los que presentan alguna discapacidad, si bien son más elevadas las cifras cuando también se contabiliza el turismo familiar, el senior o el de personas con alguna dificultad temporal de movilidad. Este tipo de clientes encuentran una atención dispar a sus necesidades a lo largo de la geografía insular, con servicios más adaptados especialmente en el caso del municipio de Arona.