La fuente de la Pila, que está en la plaza de La Candelaria, es el vestigio civil más antiguo que queda en Santa Cruz de Tenerife, una ciudad en la que no queda ningún rastro arquitectónico de sus primeros 200 años de historia. Esta fuente pública, de sencilla construcción y realizada en piedra volcánica, fue inaugurada hace ya 308 años, cuando abasteció de agua potable a toda la capital en cualquier época del año.

El cronista oficial de la capital, Luis Cola, recuerda que esta fuente representó "un avance enorme" para Santa Cruz de Tenerife, ya que hasta su construcción los ciudadanos solo contaban con el agua de los barrancos y la de los pozos de las casas más adineradas.

Esta situación finalizó cuando el capitán general Agustín de Robles hizo que el agua de los nacientes de Anaga llegara hasta la actual plaza de La Candelaria, donde se instaló la fuente de la Pila, a la que llegaba el agua potable después de recorrer 10 kilómetros.

Luis Cola, que acaba de publicar el libro "Itinerario histórico de Santa Cruz de Santiago de Tenerife", en el que se abordan los hitos de las raíces de la ciudad, lamenta que no quede ningún rastro civil anterior al año 1706.

El progreso y la utilización de los malos materiales son las causas, según Cola, de que hayan desaparecido los primeros 200 años de historia de la capital, donde se construía con piedra basáltica, tierra, cal y tea.

A pesar de estar muy desfigurado, el barrio más antiguo que se conserva es la zona de la calle de La Noria, en la que se ubica la iglesia de La Concepción, y la construcción más antigua, la ermita de San Telmo. Según explica el cronista oficial, allí empezó y se fundó la ciudad hasta que empezó a desplazarse hacia la plaza de la Candelaria.