El incendio que empezó el domingo en Ifonche ya afecta a tres municipios, pues arrasa parte de la zona forestal de Adeje, un sector del monte de Guía de Isora y un área de Vilaflor, tras avanzar de forma incontrolada hacia el oeste y el este. Ante esas circunstancias, desde el organismo autonómico que coordina las tareas de extinción del fuego se optó desde mediodía de ayer por "sacrificar" parte del pinar de Guía de Isora con la esperanza de que las llamas encontraran su obstáculo definitivo en alguna de las coladas de lava o malpaís existentes por los altos de Isora.

El principal argumento ofrecido por el técnico responsable de Seguridad y Emergencias, Humberto Gutiérrez, es que en el espacio "sacrificado" no existen caseríos, ni bienes materiales que puedan verse afectados.

Gutiérrez, que por la mañana había reconocido que el fuego ya había llegado hasta el Pinar de Tágara, en el municipio de Guía de Isora, aseguró en la tarde de ayer que el incendio avanzaba sin control en dirección oeste, es decir, en Guía de Isora. Además, superó las medidas de control establecidas en la carretera entre Vilaflor y Las Cañadas, entre otros lugares a la altura del kilómetro 59.

Ante la magnitud alcanzada por las llamas en los municipios del Sur y Suroeste, desde el dispositivo de coordinación se solicitaron medios extraordinarios al Gobierno central, que está previsto que envíe tres hidroaviones, que recargarán agua en el puerto de Los Cristianos, según explicó ayer Gutiérrez.

Ayer, los esfuerzos de los recursos desplegados en la vertiente Sur-Suroeste de la Isla se concentraron en impedir, por un lado, el avance hacia la costa del fuego, es decir, que se acerque a los caseríos de La Quinta, Taucho y Tijoco Alto, todos en el municipio de Adeje; y, por otro, su llegada hasta el barranco de Las Lajas, hacia el este, y que descendiera hacia el pueblo de Vilaflor.

Poco después de las 17:30 horas, las llamas cruzaron el barranco de Los Cuervos y se introdujeron en el municipio de Vilaflor a la altura de la zona de Ifonche.

El alcalde de Guía de Isora, Pedro Martín, manifestó a EL DÍA que la decisión de "sacrificar" parte del monte de su municipio le parecía una medida "muy arriesgada", sobre todo porque no se conoce de forma certera cómo se va a comportar el viento.

El regidor isorano señaló que, si finalmente las llamas se consolidan en el pinar de Chío y Tágara, el control del incendio puede convertirse en algo "muy complicado", pues se trata de una zona forestal muy extensa, espesa e inaccesible. De hecho, según el alcalde, entrar en algunos enclaves con camiones resulta una temeridad. Por esa razón, Martín tenía previsto hablar en la tarde de ayer con los responsables del Cabildo y el Gobierno canario para intentar aclarar determinados matices de la decisión de sacrificar monte.

En estos incendios la orografía juega un papel fundamental y uno de los temores de los responsables del Cabildo y del Gobierno canario es que los grandes barrancos de la comarca ejercieran el "efecto chimenea", es decir, que sirvieran de fácil acceso para que el fuego se adentrara en el Parque Nacional del Teide, una vez que el "preparque" se ha visto afectado seriamente.

Gutiérrez reconoció que, debido a sus características, el más problemático podía ser el barranco de Las Lajas. Para luchar contra las llamas, los operativos efectuaron "contrafuegos" en las cercanías de la carretera entre Vilaflor y Boca de Tauce.

Sin embargo, el director general de Seguridad de Canarias, Juan Manuel Santana, comentó posteriormente que esos instrumentos no habían obtenido todos los resultados deseados. El contrafuego que no funcionó se situó en las proximidades de la zona de Las Lajas.

Respecto a la zona de Adeje, en el flanco próximo a la zona de Tijoco Alto y la frontera con Guía de Isora, el fuego ascendió hacia la corona forestal, mientras que en el margen izquierdo del barranco del Infierno, las llamas descendieron hacia los últimos pinos antes del monte bajo de las laderas de Chabor, frente al casco histórico.

Según los datos ofrecidos por parte de Humberto Gutiérrez, los profesionales que integran exclusivamente el dispositivo de extinción de las llamas suman unos 180, entre los que incluyó a bomberos del Consorcio de Tenerife, la Unidad Militar de Emergencias (UME), las Brigadas Forestales del Cabildo y el personal del Parque Nacional, así como la tripulación de los seis medios aéreos. Y a dichos recursos hay que añadir a los bomberos voluntarios que pudieron intervenir ayer.

Para prevenir situaciones no deseadas, los responsables del dispositivo de seguridad decidieron cortar al tráfico las carreteras de acceso al Teide por el monte de Chío (Guía de Isora), así como la de acceso a Las Cañadas por Vilaflor (TF-21), que precisamente pasa por el barranco de Las Lajas, en el tramo comprendido entre el Parador Nacional y Vilaflor. A estas vías cerradas a la circulación hay que añadir la de Ifonche.

Casi un centenar de personas fueron evacuadas entre la tarde y la noche del domingo en Ifonche, Taucho y La Quinta, así como en Tijoco Alto en la mañana de ayer. Solo un par de familias requirieron de los recursos del ayuntamiento, pues el resto fueron acogidos por familiares o acudieron a otras casas de su propiedad.

Las condiciones del tiempo tampoco favorecieron ayer la lucha contra las llamas. Según explicó el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, las temperaturas en los altos de Adeje rondaron entre los 35 y los 40 grados, y el viento alcanzó velocidades de 30 kilómetros por hora en algunos momentos, a la vez que la humedad relativa bajó.

A primeras horas de la tarde, la superficie quemada ascendía a un millar de hectáreas, aunque existía la posibilidad de que se extendiera de forma considerable.

Satisfecho con la labor

El alcalde de Vilaflor, Manuel Fumero, aseguró sobre las 20:00 horas que estaba ardiendo la zona recreativa de Las Lajas y que los medios de emergencias, entre ellos la UME, realizaban trabajos para intentar frenarlo. El regidor chasnero comentó que la alternativa que quedaba era que el fuego continuara su tendencia de dirigirse hacia la zona de Las Cañadas y se frenara en la zona donde ya no existe pinar, a través de los barrancos de Cumbre, que nacen en las proximidades del Teide. Además, se mostró "agradecido" por que el incendio se orientara hacia el norte y dejara atrás el pueblo de Vilaflor.

El alcalde reconoció que las llamas cruzaron durante la tarde la carretera de acceso al Teide (TF-21) en dirección a Granadilla. Fumero comentó que los recursos de emergencia "han hecho lo que han podido" y "estoy satisfecho de su labor", porque las condiciones de la masa forestal han sido un poderoso combustible para la expansión del fuego.

En la tarde de ayer, varios operarios tuvieron que salir corriendo ante la amenaza de la proximidad del fuego en la zona de Guayero, en Vilaflor. En dicha zona, también se temía por dos viviendas, debido a la cercanía del fuego. Miembros de la Policía Autonómica desalojaron 17 casas y a unos 35 vecinos.

Al cierre de esta edición, se había reactivado el foco del incendio a la altura de Tijoco Alto, mientras en la zona de La Quinta el fuego se aproximaba a algunas casas, incluidas algunas de madera.

La tendencia, a pesar de que en un primer momento se creía lo contrario, es que las llamas bajen otra vez hacia Adeje. Esto llevó al propio presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, a comentar en la última rueda de prensa convocada ayer que este ha sido un incendio "estresante" por los cambios que ha ido sufriendo desde que se originó, aunque espera que durante la noche "no haya sorpresas" y en las próximas horas pueda ser estabilizado.