La protagonista del Día de la Cruz ayer en La Laguna tenía que haber sido la realizada en piedra, al comienzo de la avenida Calvo Sotelo, por cumplir en septiembre 450 años de historia, pero la decoración, aunque elegante la puesta, fue la más pobre de los últimos años por la crisis, pero es que, como muchos dijeron, la Cruz de Piedra es todo un símbolo de la ciudad y su aniversario se mereció un mayor esfuerzo".

El diseñador floral Miguel Ángel Hernández se limitó, con mucho arte, a realizar un pedestal de 1,10 de altura hasta la base de la cruz, todo a base de gladiolos, lilium y crisantemos.

La segunda novedad fueron las cruces realizadas por el especialista en arte Carlos Leocadio González López. Una de ellas inclinada en el patio central del Palacio Lercaro y la otra, de mayor impacto visual, en la casa del siglo XVIII conocida como de Franco Castilla, presentada al público sobre un espacio acuático y apoyada en cuatro piedras.

Luego fue visitada la Cruz de Las Rivero, en el zaguán de la casa de Mari Carmen Rodríguez Rivero, que se incorporó hace cuatro años. Esta cruz tiene más de doscientos años de antigüedad y está toda tallada con motivos circulares, unidos entre ellos por un adorno recto. Este año fue decorada con elementos de cerámica inglesa y flores, entre ellas camelias blancas y rojas que dan los árboles de dicha planta que se alzan en el patio trasero de la casa. En la calle de San Juan fue admirada la capilla del gremio de los plateros, en cuyo altar, con dosel, se alzaba la hermosa cruz recubierta de chapa de plata, con motivos cincelados y perillas abiertas "flordelisadas", que se cree que data de principios del siglo XVIII.

En la calle de Herradores, junto a la histórica casa de Francisco Hernández de Quintana, se localiza la capilla de la Cruz Verde, que este año no abrió sus puertas.

En la calle Anchieta, el público visitó la cruz de Moure, siendo notorio que la construcción que la alberga fue fundada en 1758 por el campesino Diego Hernández Villavicencio. Muy atrayentes por su decoración resultaron las capillas de los Herreros, al comienzo de la carretera de Tejina, y la de la plaza del Cristo, conocida como la de Amaral o de Trujillo

También gustaron mucho las cruces en las fachadas de las casas desde Marqués de Celada al Calvario de San Lázaro.

Visitando las capillas, el presidente de la Asociación en Defensa de La Laguna, Julio Torres, destacó a EL DÍA que "las "Cruces de Taller" constituyen una tradición perdida en La Laguna. A la entrada de muchos talleres de carpintería, cerrajería, herrería y zapatería se erigían unas pequeñas capillas de Cruz, que eran profusamente decoradas con motivo del Día de la Cruz. Fueron muy famosas las de los Trujillo - taller de cerrajería ubicado en las lonjas del palacio Lercaro-, así como las del taller del ebanistería de Vicente Falcón. Entre los carpinteros destacaron las del taller de maestro Horacio, en la calle Tabares de Cala, y las de maestro Rafael Delgado, en la calle Viana. También nos gustaría destacar las de los maestros torneros Talleres López, en San Benito".

En algunos casos, como dijo Torres, se forraba con su dosel el lugar donde se colocaba la Cruz. Al parecer, el hecho de que estos artesanos ornasen capillas obedecía a algún tipo de promesas para la protección en el trabajo. Desde el día 2 de mayo, los talleres era debidamente recogidos y limpiados a fondo.