Siempre ha existido cierta polémica respecto a cuán importante es realmente el tamaño y por fin, esta temporada, hemos disipado todas las dudas... al menos en lo que ha moda se refiere.

Lo hemos visto en las revistas, en las pasarelas y también en nuestro día a día. No hace falta sino echar un vistazo a nuestro alrededor para darse cuenta: cuanto más grande, mejor.

Si la temporada pasada eran los bolsos gigantescos en los que podías llevarte la casa a cuestas, en esta predominan los maxi vestidos, esos tan largos, tan versátiles, tan cómodos, con diferentes estampados... Según el estilo, pueden servir tanto para una tarde de chicas como para ir a la playa. ¿Y qué me decís de los monos largos, capaces de estilizar cualquier figura y que tan fáciles son de combinar? ¿Quién no tiene ya uno en su armario?

Esta tendencia la vemos incluso en los zapatos, con esas plataformas gigantescas que hacen que parezca imposible caminar en ellos, pero que una vez puestos resultan asombrosamente cómodos, aportando altura pero sin comprometer el bienestar; porque no, no siempre para lucir hay que sufrir.

Y, para rematar, lo vemos en las joyas. Esos collares gigantescos, que recuerdan a los antiguos reyes y faraones, han vuelto con fuerza y en todas sus variantes: collares babero, de pedrería, imitando cuellos de camisa... Y es que son el complemento perfecto de cualquier look, sólo hay que saber combinarlos y no pasarse. ¿Mi consejo? Acompañarlos de unos vaqueros y una camiseta básica, le daréis todo el protagonismo y os libraréis del riesgo de ir recargadas.

Y tú, ¿ya tienes tu tendencia maxi favorita?

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