Viajar a cualquier parte del mundo sin moverse de casa, entrevistarse con cualquier famoso cara a cara o asumir el papel protagonista en un videojuego será posible gracias a la realidad virtual a finales de este mismo año, según varias empresas desarrolladoras del sector.

A mediados del pasado mes de febrero, la compañía coreana Samsung anunciaba la próxima puesta a la venta de su casco de realidad virtual Gear VR, con la intención de convertirse en la primera gran compañía que pone en el mercado un dispositivo de este tipo.

El proyecto incluía la tecnología de Oculus VR aplicada al teléfono inteligente Galaxy Note, del cual actuaría como proyector adaptando el dispositivo móvil al soporte, aunque su usabilidad estaría muy limitada a los programas disponibles en el "smartphone".

El propio Oculus lleva al menos dos años buscando el prototipo definitivo para lanzarse al mercado, sobre todo desde que fue adquirido por Facebook hace menos de un año por unos 2.000 millones de dólares, pero con una visión lo más amplia posible.

Así, el director de Operaciones de Oculus, Laird M. Malamed, en su paso por la última Feria Internacional de Contenidos Digitales (Ficod) en Madrid, destacó el interés de la compañía por una tecnología que "no sea un mero instrumento para los amantes de los videojuegos, sino para que sus distintas simulaciones se usen en diferentes ámbitos de la vida cotidiana".

Varias compañías han adelantado también sus planes de realidad virtual durante el Mobile World Congress celebrado esta última semana en Barcelona.

Una de las apuestas más claras parece el simulador Re Vive de la marca taiwanesa HTC, quien ha confirmado que está terminando su fase de desarrollo y prevé lanzarlo al mercado a finales de este año.

Se trata de un casco, elaborado con la ayuda de Valve (empresa creadora de videojuegos tan populares como Half-Life) y que cuenta con el apoyo de poderosas compañías del sector del ocio y entretenimiento como HBO y Lionsgate, además de la propia Google.

También la compañía japonesa Sony se ha sumado a este campo con su Proyecto Morpheus, cuya versión para desarrolladores muestra un diseño algo más atractivo que el de sus competidores y además distribuye mejor el peso sobre la cabeza.

Los expertos de esta marca creen que estará disponible para 2016 si bien en principio sólo se plantean utilizarlo como periférico exclusivo para la PlayStation 4.

Otra posibilidad es la que ofrece el Open Source Virtual Reality (OSVR) de la francesa Ubisoft, junto con sus aliados Razer y Sensincs, que pretende lanzar un hardware con código abierto para que cada usuario puede añadirle las modificaciones que desee y crear sus propias experiencias 3D por un precio aproximado de 200 dólares.

Una iniciativa "híbrida" es la de las Hololens de Microsoft (también llamadas Holo Glasses), unas gafas que proponen una dualidad entre realidad aumentada y realidad virtual.

Este dispositivo puede opacar el visor para ofrecer una experiencia parecida a la de Oculus o plantear una experiencia de realidad aumentada parecida a las Google Glasses, en donde también se proporciona información actualizada sobre lo que ve el usuario.

Precisamente el futuro de Google Glasses es hoy más incierto que nunca, ya que los desarrolladores de Google han cambiado la idea que en un principio tenían para este dispositivo tras los diferentes avances que sus competidores han mostrado en el mercado.

La poca duración de la batería y la polémica surgida respecto al derecho a la intimidad tampoco han ayudado a su lanzamiento, que ha vuelto a retrasarse "sine die".