El alcalde de Arona, José Alberto González Reverón (CC), defiende su gestión al frente del consistorio sureño y niega la veracidad de las acusaciones de tráfico de influencias enmarcadas en el sumario del conocido como "caso Arona", que mantiene imputada a la anterior junta del gobierno municipal en relación con la concesión de licencias urbanísticas entre los años 2003 y 2007.

"El único pecado que sí he cometido ha sido ser un alcalde cercano y próximo. Mi teléfono lo tiene medio municipio y a mí me llama todo el mundo", se defiende Reverón, en referencia a la situación judicial que se está viviendo en Arona en torno a un procedimiento que se inició hace dos años y medio por una denuncia en materia urbanística y que ha derivado, a juicio del alcalde, en que "se está juzgando la gestión diaria de los miembros del grupo de gobierno y la mía propia".

José Alberto González Reverón, que ayer visitó al director y editor de EL DÍA, José Rodríguez Ramírez, aclaró que ni él ni ningún miembro del gobierno municipal inmerso en este proceso judicial han reconocido delito alguno y pidió una reflexión sosegada sobre el contenido de las escuchas telefónicas de las que ha sido objeto.

"Cuando los ciudadanos llaman a un alcalde -considera Reverón- es para resolverles sus problemas. Consultan cosas tan variopintas como, por ejemplo, en qué proceso está una determinada licencia de apertura o para interesarse por un familiar en lista de espera para una residencia o para una guardería". Así, explica que parte de su trabajo consiste en "escuchar al vecino e informarle manteniendo el mayor respeto, como se ha demostrado, al procedimiento o las bases establecidas. Si un niño entra en una guardería o una persona en una residencia, es porque cumplen con los pliegos aprobados".

En cuanto a las grabaciones en las que aparecen determinados cargos públicos solicitando información sobre terceras personas, el alcalde de Arona explica que le llama "todo el mundo, incluidas personas que ostentan cargos públicos, y se ha demostrado que las personas por las que se interesan, si no superan el procedimiento, las pruebas... o lo que sea, suspenden y punto. Jamás he influido en ningún tribunal para favorecer a una persona".

El alcalde de Arona concluye diciendo: "A mí ya no se me está juzgando por corrupción sino por la gestión diaria que realiza cualquier alcalde de cualquier municipio".