Hoy comienza en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife el juicio contra un exeducador de la Casa Cuna, órgano dependiente del Cabildo de Tenerife, por varios delitos de abusos sexuales y divulgación de pornografía infantil entre menores que en su día fueron beneficiarios de dicho recurso asistencial.

La Fiscalía solicita, en total, 19 años de prisión para el hombre procesado en este asunto. De forma concreta, el Ministerio Público pide diez años de cárcel por tres delitos continuados de abusos sexuales a otras tantas víctimas. Por los abusos sexuales sufridos por un cuarto afectado, el fiscal reclama otros tres años de prisión.

A dichos hechos delictivos, la Fiscalía suma una pena de cuatro años y otra de dos años más por exhibición de pornografía infantil a menores o personas discapacitadas, concretamente en los supuestos de los artículos 186 y 189 del Código Penal.

En el escrito de calificación del Ministerio Público se asegura que no concurren en el procesado circunstancias modificativas de su responsabilidad criminal.

Cuando fue niño, el procesado también fue usuario de la popularmente conocida como Casa Cuna, es decir, a finales de los años 50 y comienzos de los 60.

La denuncia que destapó este asunto se interpuso hace casi siete años, en enero de 2010. La existencia de este problema se conoció en junio de dicho ejercicio. Tras pasar a disposición judicial, el acusado, identificado como J.C., quedó en libertad provisional con cargos. Además, desde el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) se apartó temporalmente a dicho educador de su puesto de trabajo.

Ya entonces estaba a punto de jubilarse y ejercía como delegado sindical. Actualmente, dos de los denunciantes tienen 31 y 33 años. Según trascendió hace más de seis años, dichas víctimas afirmaron que sufrieron abusos sexuales desde que tuvieron 12 años, tanto en las instalaciones de la Casa Cuna como en la vivienda del procesado. Supuestamente, el presunto autor de los delitos detectaba a aquellos niños con especiales necesidades y les halagaba y ofrecía regalos para ganarse su confianza.