El joven de unos 20 años de edad, natural de la provincia de Badajoz, acusado de intentar asesinar a puñaladas al conductor de un autobús e intentar matar a otro, con la atenuante de padecer trastornos, en la línea entre la capital cordobesa y el municipio de Belalcázar, ha pedido "perdón" tras reconocer los hechos.

Así lo ha declarado durante el juicio en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba, que ha quedado visto para sentencia, después de que la Fiscalía ha rebajado de 18 años a 12 años y seis meses de prisión la petición de penas para el procesado, al aplicar, además de la citada atenuante, la correspondiente por el reconocimiento de los hechos.

Durante la sesión, agentes de la Guardia Civil han relatado que tras el suceso en el interior del autobús encontraron al hombre agazapado en unos arbustos y no puso resistencia al ser detenido, a lo que han añadido que estaba "nervioso" y con la mirada "desencajada".

Según recoge la calificación inicial del Ministerio Público, sobre las 18,00 horas del día 21 de marzo de 2014, el procesado, tras subirse en la parada de la localidad cordobesa de Fuente la Lancha, a la altura del kilómetro 25 de la carretera A-422, se dirigió hacia el conductor con un cuchillo, que tenía una hoja de 25 centímetros, "con ánimo de acabar con su vida".

De este modo, el fiscal detalla que "de manera sorpresiva y por la espalda, comenzó a clavarle el cuchillo en diferentes partes del cuerpo, al menos en nueve ocasiones". Como consecuencia de ello, el hombre sufrió distintas lesiones y heridas, de las que tardó en curar 133 días, de los cuales ocho estuvo hospitalizado, al tiempo que ha sufrido secuelas en la mano derecha, unas diez cicatrices y trastornos neuróticos, entre otras causas.

En este sentido, las lesiones sufridas "implicaron un riesgo vital y directo para su persona", de manera que "de no haber recibido asistencia médica urgente para controlar la hemorragia sufrida, habrían puesto en peligro la vida", según explica el fiscal. UNAS SEIS PUÑALADAS

Mientras tanto, el segundo conductor del autobús cogió por los hombros al acusado, para separarlo del otro, mientras este conseguía detener el autobús. Al separarlo, el procesado, "con ánimo de acabar con su vida", supuestamente empezó a asestarle puñaladas, al menos seis, mientras lo echaba hacia el pasillo del autobús, cayendo a continuación al suelo como consecuencia de las puñaladas recibidas.

Como consecuencia de ello, dicho conductor sufrió diferentes lesiones y heridas punzantes, por las que recibió tratamiento médico durante 104 días, de los que once estuvo hospitalizado. Asimismo, ha sufrido secuelas consistentes en ocho cicatrices de diverso tamaño.

Según advierte el Ministerio Público, las lesiones sufridas por el segundo conductor "implicaron un riesgo vital directo para su persona al haber afectado a órganos vitales --pulmón e hígado--", y que "de no haber recibido asistencia médica urgente, habrían puesto en grave peligro la vida".

A continuación, el acusado saltó del autobús rompiendo la ventanilla de socorro del mismo, de forma que causó unos perjuicios a la empresa de transportes tasados pericialmente en 2.151,35 euros. Tras ello, fue localizado por agentes de la Guardia Civil, casi una hora después, a unos dos kilómetros de distancia del lugar de los hechos en el paraje denominado ''El Palomar'' en el término municipal de Belalcázar, agazapado entre unas ramas.

Entretanto, el fiscal señala que el procesado sufre "un trastorno de personalidad --trastorno disocial de la personalidad impulsivo--, así como trastorno por consumo de sustancias, que conllevó en el momento de los hechos una limitación de su voluntad --control volitivo de la conducta--".