El enfermero Óscar Rey ha validado para España el cuestionario Misscare, un instrumento que evalúa los cuidados básicos que dejan de prestarse a pacientes hospitalizados, desde cambios de postura a dar la comida caliente, y que en su mayor parte se demoran por sobrecarga de trabajo.

Óscar Rey, que trabaja en la Unidad de Diálisis del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, de Santa Cruz de Tenerife, explica a EFE que este asunto ha sido el objeto de su tesis doctoral, que leyó el 21 de julio en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Laguna.

La tesis se titula "Validación del instrumento Misscare al español como herramienta de monitorización de la calidad y la seguridad de los cuidados en pacientes hospitalizados" y a su lectura asistió la profesora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Michigan Beatrice Kalisch, creadora de la citada herramienta.

Hace una década la profesora estadounidense se percató de que los enfermeros dejaban de hacer cuidados básicos, como hacer caminar al paciente, cambios de postura, suministrar la comida caliente, atender a una llamada de timbre antes de cinco minutos, ayudarles a ir al baño o prestar apoyo emocional al enfermo y a su familia.

Son cuidados que se dejan de hacer o se retrasan por diversos motivos: porque el enfermero tiene que realizar múltiples tareas administrativas e informáticas, porque se sienten insatisfechos en el puesto de trabajo, hay mal ambiente laboral y tienen que asumir múltiples tareas sin que haya aumentado la plantilla.

Ello repercute en la calidad y seguridad de los cuidados al tener que delegar tareas básicas, pero no carentes de importancia, en otros profesionales como auxiliares de enfermería y fisioterapeutas, entre otros, y esto expone al paciente a peligros por la demora en su asistencia que, a veces, incluso se dejan de hacer.

La herramienta se denomina en español Cuestionario sobre la Omisión de Cuidados Enfermeros (Omice) y tiene dos partes, una para evaluar qué tareas suele omitir el enfermero y su equipo y otra para diagnosticar el motivo que lo lleva a ello, y que puede estar relacionado con una mala comunicación con médicos y departamentos auxiliares, no tener disponible el material y medicamentos y que los sistemas informáticos son lentos.

En su trabajo Óscar Rey ha validado el instrumento al territorio español con encuestas a unos 600 enfermeros de 14 hospitales públicos y concertados de Canarias y Península.

Uno de los resultados es que la sanidad pública ofrece mejores resultados que la concertada en función de la estabilidad laboral de los enfermeros, pues a mayor precariedad mayor nivel de omisión de cuidados, aunque Rey advierte de que en Canarias hay una excesiva inestabilidad en el sector público.

Una de las respuestas de un enfermero encuestado que llamó la atención a Óscar Rey fue ésta: "yo ahora miro más al ordenador que al paciente".

Los enfermeros apoyan la informatización de la historia clínica pero subrayan también la inconveniencia de que los programas informáticos son diferentes no solo entre comunidades autónomas, sino entre centros hospitalarios de una misma provincia -caso del HUC y de La Candelaria en Santa Cruz de Tenerife- y entre diferentes servicios de un mismo hospital.

"Que una enfermera no tenga tiempo de hacer cambios de posturas, de hacer caminar al paciente o de evaluar cuántos hidratos de carbono ha consumido puede provocar riesgo de úlceras, de neumonías, desajustes en los niveles de azúcar y de prolongar el dolor. No dar apoyo emocional no está cuantificado, pero está claro que cuando se da, el paciente se recupera antes", añade Rey.

Cuando se mide la tasa de caídas, úlceras, infecciones y neumonías "estamos midiendo los resultados finales", pero con el instrumento Omice se pueden detectar estas situaciones "y atajar antes el problema".

Los cuidados básicos son imprescindibles en un hospital y es lo que Omice mide de manera preventiva, "no cuántas caídas hay, sino cómo prevenir esas caídas: poniendo enfermeras que vigilen al paciente", señala Rey, que también es vocal del Colegio de Enfermeros de Santa Cruz de Tenerife.

Si hay cuidados que se dejan de hacer hay consecuencias en los pacientes y Óscar Rey recuerda que según la OCDE, España es el sexto país del mundo con menos enfermeros por cien mil habitantes y entre las comunidades autónomas, Canarias se sitúa a la cola.

La media en la UE es de 840 enfermeros por cien mil habitantes y en Canarias hay 260, por lo que se necesitaría que en las islas aumentasen en torno a 580 profesionales por cien mil habitantes.

Además, y mientras en países anglosajones se ha regulado que cada enfermero atienda a cuatro pacientes hospitalizados, en España esta cifra puede oscilar entre 15 y 30, e incluso superar esta última en el turno de noche.

"Atendiendo a la evidencia científica podemos afirmar que el sistema está provocando una sobremortalidad, estamos matando gente por culpa de esta sobrecarga", advierte Óscar Rey, quien afirma que igual que se ha rescatado a los bancos, se debería rescatar el sistema sanitario.

Puntualiza además que en el caso de Canarias, si bien es necesaria la colaboración público-privada, habría que revisar los conciertos con la sanidad privada y exigir que estas clínicas ofrezcan unos estándares mínimos de calidad en aspectos como un número mínimo de enfermeros por pacientes, pues en estos centros se suele recortar en personal para optimizar recursos, lo que va en contra de estudios como el de la herramienta Omice.