Te voy a dejar sin palabras o, mejor, con todas las que précises, pero sobre el papel. Comienza por leer éstas y verás como nos das la razón. Sucede más a menudo de lo que desearíamos que nuestros hijos realizan a la ligera y a última hora los trabajos de clase, aunque sus profesores se los hayan encargado con mes y medio de antelación. Pese a todas las advertencias de compañeros y padres llegan tarde al compromiso académico, y mal. En primer lugar porque recurren a las fuentes de información de las que beben todos, es decir, aquellas páginas o blogs posicionadas en los primeros lugares del buscador cuando indizan sobre el tema o temas de los que trata el trabajo. Luego consultan una, a lo sumo dos, y pare Vd. de contar porque les basta con una versión para redactar (más bien cortar y copiar) lo que precisa. Pero hay una circunstancia aún peor, más catastrófica, en la que suelen alinearse todas las adversidades y por las que el ensayo, por muy bien rematado que esté, puede no acabar en la carpeta del profesor dando al traste con todo propósito de enmienda.

Con frecuencia lo urgente nos aleja de lo importante hasta que lo importante se eleva a la categoría de urgencia. Si lo aplicamos a nuestros hijos adolescentes, con más razón. El trabajo en cuestión está concluido, no sin sofocos tanto del alumno como de los padres, a los que siempre se recurre cuando no hay más recursos. Lleva su título, índice, secciones, fuentes consultadas y firma. Los márgenes están bien delimitados, fuente y tamaño de letra, interlineado y alguna ilustración para darle algo de aire. Aprobado, mínimo. Ya la presentación en plazo es una garantía, o no. El profe es de viejas costumbres y lo quiere impreso. A ello vamos a última hora de la noche en la víspera de la entrega definitiva hasta que nos llevamos la sorpresa. La impresora no tiene tinta.

La siguiente fase es la de los reproches mutuos. Los hay de todas las intensidades y con las más rocambolescas argumentaciones. El alumno despistado, que la tiene casi toda porque suya es la responsabilidad, volcará toda su frustración –sobreactuada por supuesto- sobre los padres y puede que en algún hermano o hermana menor por haber impreso “tonterías” como fotos o cartels para fiestas que no hacían falta o que podía haber sacado en la copistería de la esquina. Esa misma copistería que está cerrada a esa hora de la noche y que no abre hasta las diez del día siguiente, cuando estudiante y trabajo deben estar ante el pupitre, en clase. Porque la impresora funcionar, funciona. La vino a reprogramar un amigo informático que cobró lo suyo y hasta recomendó no dejarla sin tinta porque de lo contrario volvería a estropearse.

Y eso que proveer de tinta la impresora no es tan complicado, ni caro. Existen cartuchos de tinta economicos, de tinta compatible, a un clik de distancia. Más cerca incluso que la copistería de la esquina, para imprimir cuando nos plazca y tanto como queramos. Atrás quedan los quebraderos de cabeza por encontrar repuestos de tinta para una impresora que con el paso del tiempo se ha quedado obsoleta, puede que hasta descatalogada. Es cierto que la elección de la impresora va a determinar en gran medida el precio de nuestros recambios de tinta. Con todo, adquirir tinta barata es hoy en día lo más habitual e inteligente. Lo aconsejable es asesorarse bien antes de comprar una impresora, porque vamos a depender para el resto de la vida útil del aparato del tipo de sus cartuchos de tinta. Esto puede ser muy costoso a la hora de comprarlos, por eso debemos buscar otras maneras de invertir nuestro dinero de la mejor forma. No significa que comprar los cartuchos de la más alta calidad sea la mejor opción, también hay otras oportunidades de compra que pueden resultar muy favorables, tanto para la impresión como para el bolsillo. En quecartucho.es los hay desde 0,50 €.

El secreto está en comprar cartuchos compatibles. Una vez utilizado el cartucho original de la impresora, se puede optar por estos cartuchos con los que se puede ahorrar en tinta hasta en un 90% (ya que solo cuestan una décima parte que los originales) Por la calidad no hay que preocuparse, ya que estos cartuchos ofrecen la calidad de un consumible original. Los cartuchos recargados son hechos exclusivamente para eso.

Su señoría el profesor admitirá un aplazamiento de la entrega, con regañina y puede que una rebaja en la calificación final, y ésa sera la lección para el alumno y, por extension, para sus sufridos hermanos y padres. El próximo trabajo es de historia, ya tiene fecha de terminación. La impresora está ok y la tinta preparada. No hay motive para volver al pasado. Ya se sabe que el pueblo –y el alumno- que no conoce su historia, está condenado a repetirla.