Activistas denunciaron hoy una campaña de "limpieza étnica" contra la minoría musulmana rohinya en Birmania (Myanmar) durante una protesta en Bangkok, coordinada con otras manifestaciones similares en Kuala Lumpur y Yakarta.

"Es una limpieza étnica", afirmó Woriskham Thai-anant, portavoz del Consejo para la Oficina de la Red Humanitaria del Islam Sheikhul, una organización musulmana tailandesa.

John McKissick, jefe la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en la frontera bangladesí con Birmania, también se refirió ayer a una "limpieza étnica" contra este colectivo musulmán en una entrevista con la cadena británica BBC.

"Parad la opresión de los rohinyas" es el lema elegido por los organizadores de las manifestaciones en Tailandia, Malasia e Indonesia, coordinadas por diferentes organizaciones musulmanas y de defensa de los derechos humanos.

Al menos 86 personas han muerto y más de 30.000 han sido desplazadas desde que el Ejército birmano inició una ofensiva en Maungdaw, un distrito de mayoría rohinya en el estado Rakhine (oeste), el pasado 9 de octubre, cuando tres puestos fronterizos fueron atacados por supuestos insurgentes.

Unas 100 personas, según la Policía, o 300 personas, de acuerdo con los organizadores, se concentraron en la delegación birmana en Bangkok, donde leyeron un comunicado para pedir el fin de la violencia y la entrada de ayuda humanitaria en Maungdaw.

En una de las pancartas se podía leer "Parad las matanzas: genocidio en Myanmar" junto con el rostro de la líder de facto y nobel de la paz birmana, Aung San Suu Kyi, que ha sido acusada de ignorar la represión de los rohingyas.

"Aung San Suu Kyi es una testaferro de los militares", señaló frente a la embajada birmana Woriskham, quien agregó que su intención es el cese de la violencia y que el Gobierno birmano permita la entrada de la ayuda humanitaria.

Las autoridades birmanas mantienen cerrado el acceso a la ayuda humanitaria y prensa independiente en Maungdaw, donde activistas locales acusan al Ejército de cometer ejecuciones, violaciones y torturas.

Según las Fuerzas Armadas, 69 insurgentes y 17 militares y policías han muerto en las operaciones, mientras que otras fuentes, como la Organización para la Cooperación Islámica, hablan de más de 400 muertos.

La ONG Human Rights Watch ha identificado más de 1.200 viviendas en aldeas de esta perseguida minoría, según imágenes de satélite, desde el pasado 9 de octubre.

Miles de rohinyas han cruzado la frontera con Bangladesh en busca de alimentos, agua y medicinas, pero muchos están siendo repatriados forzosamente, según Amnistía Internacional.

Suu Kyi se ha limitado a decir que el Ejército está actuando con respeto a la ley, mientras que los militares han acusado a los rohinyas de quemar sus propias casas.

Rakhine acoge a más de un millón de rohinyas, a los que muchos birmanos llaman despectivamente "inmigrantes bengalíes", a pesar de que las autoridades de Bangladesh tampoco los reconoce como ciudadanos.