Cuando se piensa en los efectos nocivos de la exposición al plomo, por lo general vienen a la mente diversos problemas neurológicos. Sin embargo, ahora, investigadores de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, Estados Unidos, informan de un nuevo impacto para la salud: la obesidad.

Incluso en niveles bajos, el plomo está asociado con la obesidad en ratones cuyas madres estuvieron expuestas a esta sustancia, tal y como han encontrado científicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan. Específicamente, los ratones machos expuestos al plomo registraron un aumento de peso de entre un 8 y un 10 por ciento.

"Los datos apoyan la hipótesis de obesogenes sobre que la exposición a las sustancias tóxicas en el vientre materno contribuyen a una mayor tasa de obesidad", señala la autora principal del estudio, Dana Dolinoy, profesora adjunta de Ciencias de Salud Ambiental en la Universidad de Michigan. "Hay ciertos productos químicos que se consideran el sello de la epidemia de la obesidad y el plomo no ha sido uno de ellos", añade.

Hay una investigación previa más reciente que ha llegado a vincular la exposición al plomo con el peso muestra una disminución del crecimiento fetal e infantil en niños humanos y obesidad en la edad adulta en los ratones. Pero el estudio de la UM es, según sus autores, el primero en examinar cómo lo que ingiere una madre, incluso antes del embarazo, afecta a su descendencia.

Dolinoy y los miembros de su laboratorio han encontrado en su trabajo que, a menudo, el inicio de la vida es el momento en el que la exposición química es más impactante.