El Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas de Gran Canaria precintó en la tarde-noche de ayer la residencia de mayores "Nuestra Señora del Buen Consejo", situada en el barrio de Escaleritas, de la capital.

Este centro para mayores mostraba esta mañana en su entrada el precinto con la correspondiente orden judicial.

Vecinos del inmueble donde se encuentra la residencia -en la calle Doctor Apolinario Macías, 54- han asegurado que sus instalaciones estaban abiertas hace pocos meses y albergaban a un número "reducido" de usuarios.

La Consejería de Políticas Sociales del Gobierno canario ha informado hoy de que en el centro solo residían nueve mayores, que ya están todos realojados en otra residencia de la isla, con la colaboración del Cabildo de Gran Canaria.

Aunque "Nuestra Señora del Buen Consejo" prestaba sus servicios desde hace casi un año, en los últimos meses tanto la Viceconsejería de Políticas Sociales como la Fiscalía habían realizado varias inspecciones a una residencia de mayores que, según el Gobierno de Canarias, incumplía los requisitos precisados para realizar esa actividad.

En la jornada de ayer, la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas de Gran Canaria, Victoria Rosell, dispuso el precinto del centro y, antes de acabar el día, la Policía Judicial, cumplió la orden de la jueza.

"Nuestra Señora del Buen Consejo" se anunciaba en su web como "un centro geriátrico integrado por un equipo de profesionales cualificados, con gran experiencia y trayectoria en el sector de la residencia para personas mayores en Las Palmas de Gran Canaria.

El centro ofrecía a los mayores asistencia médica y geriátrica, y servicios para mejorar la autonomía de los residentes, como el de cocina propia.

La cartera de la zona, que se sorprendió hoy al dejar el correo en el buzón de la residencia y conocer que estaba precintada por orden judicial, ha asegurado que el centro llevaba funcionando hace menos de un año, que eran escasas las personas mayores que se alojaban y que nunca pensó que podría haber alguna irregularidad allí.

Por su parte, un trabajador del barrio, Fernando Ballesteros, ha explicado que a la residencia de mayores se habían acercado en repetidas ocasiones agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, aunque no pudo precisar el tiempo que llevaba abierto el centro ni el número de personas que en él se alojaban.

"No sé el número de ancianos que residían en el centro, pero nunca observé nada extraño. Sí se veía un escaso movimiento y ahora estoy sorprendido por la noticia del precinto", ha agregado.

El inmueble había sido utilizado hasta hace pocos años como una residencia de estudiantes, aunque luego cesó en esa actividad y fue reformado para ofrecer la residencia a mayores.