La representante del Ministerio Fiscal ha rebajado de 16 a 13 años de prisión la solicitud de condena para una acusada de asestar hasta 32 puñaladas a su marido en el transcurso de una discusión en el domicilio en el que convivían en Carabanchel y en la que la acusada se enajenó pensando que la víctima era el diablo, por lo que tenía que exterminarlo.

En la última sesión, la fiscal ha mantenido la acusación contra Fátima E.K., de nacionalidad marroquí, por un delito de asesinato, pero ha suprimido la agravante de parentesco. Esta supresión se produce porque se trataba de un matrimonio de conveniencia, con ausencia de sentimientos, según manifestó ayer su hija.

Además, ha dejado intacta la atenuante de confesión, puesto que se presentó de forma voluntaria en la comisaría, y la eximente incompleta por enajenación mental, que no le exime de responsabilidad penal. El abogado defensor se ha adherido a esta petición.

"Estoy arrepentida". Con estas palabras de la acusada en su turno a la última palabra, el tribunal ha dado por visto para sentencia el juicio. Ahora, los miembros del tribunal de jurado recibirán el objeto del veredicto para que se pronuncien sobre la culpabilidad o inocencia de la procesada.

En su alegato, la fiscal ha destacado que se trata de un asesinato al concurrir la alevosía, eludiendo al médico forense que certificó que la víctima no tuvo oportunidad de defensa, un extremo que implica una pena mayor. De hecho, ha recordado que el ataque se produjo cuando el hombre se estaba echando la siesta.

Asimismo, ha destacado que la mujer actuó con saña, ya que después de golpearle con un jarrón en la cabeza le apuñaló hasta en 32 ocasiones. "Le apuñaló cuando estaba agonizando", ha reseñado la fiscal y ha subrayado que actuó con "una ira descontrolada", acabando el ataque con un mordisco.

También ha hecho mención al informe psiquiátrico que confirmó que tenía las capacidades volitivas y cognitivas alteradas. Pese a ello, la fiscal ha insistido en que sabía lo que hacía, puesto que así lo confesó ante la Policía.

Por su parte, el abogado de la acusada ha destacado que la mujer pensó que su esposo era el demonio y tenía que exterminarlo, destacando que "no era Fátima en el momento de los hechos" por la alteración mental que sufría.

RELATO DEL FISCAL

Según el fiscal, la procesada contrajo matrimonio con Antonio Luna Peña el 12 de enero de 2005. Posteriormente, se separaron. En la tarde del 4 de enero de 2010, cuando ambos se encontraban en el domicilio de Antonio en Madrid, Fátima le abordó por la espalda para evitar toda posibilidad de defensa.

Armada con al menos un objeto contundente, le golpeó en reiteradas ocasiones hasta que Antonio cayó al suelo con una herida de 13 centímetros de longitud que le partió la base del cráneo.

A continuación, la procesada le asestó múltiples puñaladas en la zona de la nuca y hombros produciendo un sufrimiento innecesario en la persona de Antonio al ser objeto de violencia desmedida y gratuita.

Le asestó más de treinta puñaladas. Como consecuencia de la doble agresión, Antonio falleció. En el momento de los hechos, la imputada se encontraba bajo un trastorno psicótico no especificado, por lo que tenía gravemente afectadas sus facultades intelectivas y volitivas, sin llegar a anularlas.

La acusada se personó en la Comisaría de Carabanchel sobre las 20 horas del día de autos y confesó haber dado muerte a su marido antes de que la Policía hubiera tenido conocimiento de los hechos. Se encuentra en prisión provisional desde el momento de la confesión.