Sin la concurrencia masiva de días anteriores, pero con un hilo constante de personas que no paró en toda la mañana, el cementerio de Santa Lastenia despidió ayer el Día de Difuntos.

A primera hora fueron los militares los que, como es tradicional, rindieron homenaje a sus compañeros fallecidos. Después le tocaría a los civiles.

Tres misas se oficiaron ayer en Santa Lastenia. Las dos primeras en la capilla del horno crematorio, y la última en la iglesia del tanatorio. Esta última fue oficiada por el vicario episcopal de Santa Cruz, Juan Manuel Yanes Marrero, quien sustituyó al obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, que no pudo asistir.

En su homilía, Yanes Marrero destacó la importancia que, históricamente, han dado los humanos al cuidado de sus difuntos. Como ejemplo citó las prácticas de los guanches.

Finalizado el acto religioso, y junto al concejal de Bienestar Comunitario y Servicios Públicos de Santa Cruz, Dámaso Arteaga, y el gerente de la empresa Cementerios de Tenerife (Cetensa), Juan Antonio Higueras, el vicario episcopal de Santa Cruz depositó dos coronas de flores donadas por el Ayuntamiento de la capital, una en el monumento al exalcalde de Santa Cruz Santiago García Sanabria y otra en el Panteón de Hijos Ilustres.

Era el punto y final a varios días de ajetreo en los camposantos de la capital tinerfeña, especialmente en el de Santa Lastenia, que ayer lucía una bonita imagen y olor a flores nuevas.

Y aunque los datos aún no se han cerrado, Arteaga calculó que los asistentes al mayor de los cementerios de la capital durante estos días pueden rondar los 70.000, una cifra similar a la del año anterior.

Como guinda, hasta hoy se podrán contemplar en los pasillos los retratos de grandes dimensiones que el fotógrafo Alfonso Bravo ha hecho a dieciséis "fieles" al camposanto. Es decir, personas que de manera habitual transitan el cementerio como un homenaje por el centenario del recinto.