"Hacienda me hizo una declaración paralela y me dijo que tenía que pagar 1.500 euros". Así fue como este vecino de Santa Cruz de Tenerife, que prefiere mantener el anonimato, se enteró de que había algún problema con la ayuda a domicilio del Instituto Municipal de Asuntos Sociales (IMAS) que percibe su madre.

Él desgravó como mantenedor de su madre, que tiene una pensión anual de poco más de 5.000 euros y, por ese motivo, está exenta de tributar. Pero el Fisco no estuvo de acuerdo porque la mujer dependiente había recibido "una subvención" del Organismo Autónomo de Atención Social por un total de "4.050,77 euros".

Alicia Álvarez, concejal delegada del IMAS, reconoció a este periódico de que tenían constancia de alrededor de ocho casos similares de personas que tenían problemas con Hacienda por la ayuda a domicilio que había recibido.

El problema radicaba en el momento que Mararía dejó de prestar el servicio en julio de 2012. Las trabajadoras sociales tramitaron todas las ayudas "como prestación individual, visitaron casa por casa a los beneficiarios" para evitar que el servicio se interrumpiera. Para evitar un concurso que los dejara desasistidos, se contrató a las 13 empresas que prestaban servicio. Esta medida urgente y transitoria se ha prolongado más de lo deseado y Hacienda ha entendido que el servicio prestado era como si el beneficiario hubiese recibido el importe de esa ayuda.

"En las últimas semanas hemos hablado con la Delegación de Hacienda para buscar alguna alternativa que evite el pago", dice Álvarez, para pasar a destacar la buena disposición de los funcionarios, que se han puesto manos a la obra para tratar de solventar la situación. "Hacienda está haciendo un vaciado de todos los datos para que solventemos todos los casos juntos, si es que hubiera más", asegura.

La Delegación de la recaudación de impuestos les ha realizado también varios requerimientos para que mandaran la documentación que justifica que se trata de un servicio, no una prestación individual.

"Es Hacienda quien tiene que cambiar el concepto para que pase de tributar a no tributar", explicó, porque ahora lo consideran como un aumento de su patrimonio.

Más consecuencias de la caída de Mararía

El capítulo de la reclamación de cantidades por el servicio de ayuda a domicilio es otro fruto de la caída de Mararía, que renunció a seguir con el servicio a consecuencia de la deuda millonaria que había contraído con la Seguridad Social, y obligó al equipo de gobierno a buscar soluciones de urgencia para evitar que la ayuda a los dependientes del municipio se interrumpiera.

Esto afectó a 1.124 usuarios, aunque a día de hoy la concejal delegada de IMAS calcula que son algo más de 900 beneficiarios.

El problema es que esta "medida extraordinaria y temporal" se ha prolongado más tiempo del esperado, debido a que el consistorio se comprometió con que las extrabajadoras de Mararía de que tendrían cabida en el próximo concurso.

Esta promesa les llevó a pedir informes a los Servicios Jurídicos del Ayuntamiento, para encontrar la fórmula más segura de elaborar dicho concurso, ya celebrado y que entra en acción la próxima semana.

Alicia Álvarez mantiene que la mayoría de los beneficiarios de ayuda a domicilio no estarían afectados por estas reclamaciones de Hacienda, porque "no llegan al mínimo y en muchos casos no tienen ni obligación de hacer la declaración de la Renta".

Así, en el peor de los casos se plantearon que serían sólo "41 personas", que son los que "copagan el servicio por sus elevadas rentas" los que podrían recibir reclamaciones de Hacienda. Afortunadamente, afirmó Álvarez, la cifra es sustancialmente menor.