JÚNIOR ALONSO, director de la murga del Carnaval de Las Palmas Los Trapasones, no deja indiferente a nadie. No falta quien asegura que es el enemigo número uno de las murgas tinerfeñas, o el más odiado por los aficionados chicharreros, mientras que en Gran Canaria despierta pasiones, tal vez por sus "perlas" a Tenerife. Esta edición conmemora sus 20 años como murguero.

Detrás de la imagen que fabrica cuando sube al escenario se descubre la identidad de otro Júnior, más cariñoso y cercano que oculta a los focos. El fallecimiento de su madre, la noche del 24 de diciembre de 2008, ha marcado su vida junto al sufrimiento personal del último año: "Me he dado cuenta que la vida tiene problemas tan importantes y tan grandes que no entiendo que existan piques entre personas por las murgas; es lo más paupérrimo que puede haber".

Este fanático murguero canarión -como se define- no es un amante solo del género. Por sus venas corre sangre de artistas: su madre, Maribel Ramos, fue cantante de copla, arte que heredó del abuelo de Júnior, natural de Huelva.

Su padre, Santi Alonso, también fue cantante que, según Júnior, rivalizó con el mismísimo José Vélez. Pero Santi Alonso no saltó el charco y prefirió quedarse en la discoteca Tropical. Así, combinó su amor a la música con su profesión de camarero en una cafetería hasta que falleció hace 17 años.

Nacido el 8 de agosto de 1975, Júnior es el mayor de dos hermanos. Precisamente Jonny Alonso se estrena como director de la murga rival de Las Palmas Los Twittys.

Formado en el colegio de los padres paules de Las Palmas y luego en el instituto Santa Teresa de Jesús, cursa hasta quinto de Solfeo, tercero de Piano y segundo de Canto Coral y Armonía, animado por su tío, Sergio Alonso, director del Conservatorio Superior de Música de Tenerife y Las Palmas. "Mi madre me decía que de chico estaba llorando y me dejaban que tocara el piano de mi abuela y se me iban todas las penas", cuenta.

Pero antes que comparsero y murguero, Júnior Alonso fue príncipe del Carnaval de Las Palmas porque su madre lo presentó, al igual que a su hermano Jonny, en los concursos de disfraces desde que tenía cuatro años. Su primer disfraz fue precisamente de payaso. En 1985 se celebró la última elección del príncipe infantil del Carnaval de Las Palmas, que ganó. "En 1984, mi madre nos llevó a ver el primer concurso de murgas al estadio insular. Cuando salieron Los Rockefeller, le pregunté a mi madre: ¿Algún día podré ser como ese señor (Blas Quintana, director de Los Rockefellers)? Y llegué a ser su director. Antes de los noventa fue pianista durante dos años de la comparsa Arco Iris. Con 18 años, entra en Los Hijos de Caín, donde estuvo en 1994 y 1995. "No me querían dejar porque tenía cara de niño, pero accedieron porque sabía tocar el piano que necesitaban para las grabaciones de las cintas". En 1995, la murga femenina Las Urracas pasan a la final de Las Palmas gracias a Júnior; 1996 armonizó su repertorio y cosecharon el tercero de Interpretación. Para él era el primer premio que ganaba.

En 1997 ficha por Rockefellers a los que, después de años fuera de la final, consigue pasarlos y gana el segundo de Interpretación. En sus seis años en Rockefellers, cosecha tres segundos más y dos terceros de Interpretación.

Júnior va de reto en reto. En 2003 se enfrenta a la resurrección de Totorotas, tras dos años desaparecida. Y se alza con el primero de Interpretación. "Me fui de Totorotas (después de tres años) por una directiva a la vieja usanza que decidió prescindir de mí. Pensamos en hacer algo nuestro: Trapasones".

En 2006 saca su propia murga: Fue llegar y "mojar". "Es mi hijo. Es ponerle nombre a mi estilo". "Es más difícil fundar una murga cuando tienes nombre que cuando no lo tienes". Y logró el tercer premio de Interpretación. En 2007 quedó en cuarta posición para "ascender" al segundo en 2008, como ocurrió hasta 2012, salvo en 2011, que quedó tercero. Júnior admite que su mayor orgullo es que, "con mis fallos y mis virtudes, conocen mi estilo".

La muerte de su madre fue el peor momento que vivió en murgas, porque el óbito le coincidió quince días antes de comenzar el Carnaval. Entre los mejores, cuando Trapasones cantó en Candelaria: ver a todo un pueblo chicharrero puesto en pie... Lloré y se me ponen los pelos de punta ahora que lo recuerdo".

Júnior disipa las duda sobre su relación amor-odio con Bambones, o con su director Primi Rodríguez. "Los piques de murgas sanos deben haber porque si no faltaría algo, pero ellos (Bambones) son murgueros igual que yo. Los admiro porque son buenísimos". La respuesta puede sorprender, tal vez porque, según Júnior, "este año me ha servido para recapacitar. Cuando te ves solo es cuando te planteas dónde están los que te pasan la mano cuando llega el Carnaval. Encima, los Bambones han sido unos caballeros".

Júnior da una clave para sintonizar con el público: "La murga hay que amarla y vivirla para poder convencer luego a diez mil personas". "Una murga es una de las cosas donde más trabajas y menos recompensa tienes. La integran albañiles, fontaneros... que se pasan todo el año ensayando sin tener el premio que obtiene un futbolista".

A la pregunta sobre qué tiene el Carnaval de Tenerife que no posee el de Las Palmas, Junior reconoce que... "tiene más años". Y a la inversa... el de Gran Canaria tiene la gala drag y la de Tenerife no. Políticamente correcto. Sobre "el encuentro de murgas de Candelaria, advierte que la organización "lo está desgastando, y es una pena. Deberían cuidarlo más y darle el mismo bombo y platillo que hace cinco años. Fue una pena lo de la última edición". "No se puede cobrar una entrada por ir a ver el encuentro más bonito de la historia del Carnaval", asegura el carismático murguero.

Frente al encuentro de murgas de Candelaria, el director de Trapasones coloca la Champions Murgas: un ejemplo de "lo que pudo ser y no fue. Aún así, fue una experiencia enriquecedora". "Si se hubiera organizado bien estaríamos hablando de la cuarta o quinta edición, y dentro de la época de Carnavales, que es su fecha. Imagínate celebrar la final de Tenerife, luego la de Las Palmas y a la semana siguiente la Champion".

Aunque él es uno de los director y armonizadores que cobra, no es partidario de esa práctica. "Lo erradicaría, aunque ahora es necesario desgraciadamente, a muchos le está dando de comer".

Jonny Alonso, su hermano, "tiene una proyección impresionante, es sangre de mi sangre y me tiene que encantar que lo intente, pero tiene que tener cuidado de no equivocarse; tiene que ser él y no vivir de la sangre de su sangre". ¿Es su mayor rival sobre el escenario? "Mi mayor rival sobre el escenario soy yo mismo, quien me hunde a mí soy yo mismo. Sueño con el día en que yo me retire y mi hermano sea más de lo que yo haya cosechado. Pero todavía no, que no se pase...", se ríe confiando en seguir dando la murga.

Su mayor fallo

Junior admite que resta protagonismo a su murga sobre el escenario. "Intento que no sea así, pero es un fallo mío. Mi mayor fallo, y a la vez mi mayor virtud, es que sobre el escenario soy lo mismo que fuera de él. Soy sincero y lo que hago, lo hago de corazón. Es Júnior auténtico, no un personaje. Soy más humilde de lo que muchos puedan pensar". Comparando murgas "Era inimaginable hace once años que comparara una murga de Tenerife y otra de Las Palmas, y eso existe hoy. Es grandioso que comparen a Trapasones con Bambones en plan pique. Eso es un orgullo. Ha venido bien ese pique sano". Tenerife, 1-Las Palmas, 1 "Comparar el Carnaval de Tenerife con el de Las Palmas sería como comparar el Madrid y el Barcelona; los dos ganan títulos y no se parece en nada el fútbol que practica cada uno".