El ayuntamiento les ha planteado a los vecinos del barrio de Santa Clara la posibilidad de facilitar a las familias que han ocupado varias casas vacías del barrio en los últimos días los suministros de agua y luz. Este planteamiento, formulado por el concejal de Obras y Servicios, Dámaso Arteaga, se formuló durante un encuentro con los vecinos, a los que se les dijo que ese planteamiento se le iba a trasladar al alcalde, José Manuel Bermúdez. Según aseguraron los vecinos, se trataría de una propuesta provisional hasta que se elaborara por parte de la corporación un estudio sobre la realidad de todas las familias de la zona, no solo las que han ocupado los pisos deshabitados, para que puedan acceder a una vivienda de segunda ocupación. No obstante, de la conversación con el concejal, los vecinos extrajeron la conclusión de que la voluntad de la corporación local era no recurrir a la vía judicial contra los okupas, un grupo conformado por unas seis familias constituidas por personas jóvenes y con hijos a su cargo. Además, en algunos de estos supuestos, también son parejas que conviven con otras familias, que en muchos casos llegan a acumular hasta 12 miembros en un solo piso, pro lo que los niños deben dormir en colchones en el suelo. No obstante, de la conversación mantenida con el responsable municipal, también se aclaró que la ubicación en alguna vivienda no representa que tenga que llevarse a cabo en las que en la actualidad están desocupadas en Santa Clara, que según los cálculos de la asociación de vecinos de la zona son unas 11. Esta visita institucional supuso una rebaja en el grado de reivindicaciones del barrio, donde esta semana, tras la falta de respuestas de Viviendas Municipales a sus demandas de conceder dichas casas a las familias más necesitadas, decidieron proceder por su cuenta a su ocupación. Otra opción No obstante, en la zona también hay personas que han desistido de recurrir al método de echar abajo las puertas para meterse dentro, pues consideran que es ilegal, por lo que se han mostrado partidarios de acceder a una vivienda en condiciones de equidad y conforme a las necesidad de cada unidad familiar. Además, señalan que en algunos casos se han ocupado casas que estaban desocupadas provisionalmente, como el caso de la abuela de Miriam, quien dijo que ahora vive con ella una temporada por una enfermedad, y no comprendía cómo se había asaltado dicho piso.