Una moción institucional respaldada ayer por todos los portavoces de los grupos políticos en el Ayuntamiento de Santa Cruz permitirá el mantenimiento del proyecto social de la Escuela Infantil de Miramar, en peligro ante la inhibición de CajaCanarias (en proceso de integración dentro de Caixabank) para seguir financiando una iniciativa que, desde hace más de 35 años, le ha dado la oportunidad a madres solteras y familias sin recursos de tener a sus hijos en esta guardería por precios muy asumibles.

El apoyo municipal había sido solicitado por los padres de los niños, temerosos de que la iniciativa desapareciera ante las dudas y dificultades para que las 16 trabajadoras constituyeran una cooperativa o una empresa, que era la opción que les recomendaba la entidad bancaria para no asumir el coste del recurso ubicado en el popular barrio.

Negociaciones.- El consistorio, por el contrario, garantiza ahora que, en caso de que no fructifiquen sus negociaciones con CajaCanarias, se encargará de la partida económica necesaria para mantener sin cambios el proyecto social, que ha deparado ya diversas concentraciones y manifestaciones de protesta. De hecho, mañana está prevista una nueva marcha de padres y simpatizantes de esta causa, si bien el pleno ratificará este viernes un acuerdo que ofrece, en principio, las garantías necesarias para esta escuela infantil referente de la capital.

Esta convocatoria está prevista, si no se suspende, para las 17:00 horas con un recorrido que cambia con respecto al del día 18, ya que si bien la concentración de inicio sigue siendo la plaza Weyler, en esta ocasión la serpiente reivindicativa transcurrirá por la calle Méndez Núñez y bajará por El Pilar hasta la plaza del Príncipe, desde donde los padres y vecinos afectados se concentrarán a las puertas de la sede de CajaCanarias.

Cambio de política.- Hay que recordar que las alarmas sonaron el pasado 27 abril cuando la Dirección de la Escuela Infantil de Miramar informó a los padres de los 126 niños que se forman en el centro de que CajaCanarias cambiaba de política en la Obra Social que hasta el momento la financiaba en beneficio de los padres con menos recursos.

Fue el momento en el que los padres y los vecinos del populoso barrio se vieron "con la soga al cuello" porque ya era demasiado tarde, entre otras cosas, para cursar matrículas en otros centros en el mejor de los casos, o dejaba fuera del servicio a padres que no podían asumir el coste de los mismos, en el peor de ellos. Tras una manifestación y varias concentraciones, los padres ven la luz al final del túnel gracias a la acción política.