Son 42 años coronando el cielo de Santa Cruz, son 32 edificios ubicados en el populoso barrio de Miramar en donde más de 2.000 personas conviven de manera desigual para mantener uno de los enclaves del municipio de Santa Cruz en las mejores condiciones posibles para que, al menos, el lugar en donde viven dure otros tantos años más.

Este lugar no es ajeno a los problemas de otras comunidades y su mayor preocupación en estos momentos es que desarrolle el plan Área de Rehabilitación Integral (ARI) para que como objetivo primordial se rehabiliten los 32 edificios en los que el tiempo les ha jugado una mala pasada, en parte, y la gestión de los vecinos por otra.

Lo cierto es que la lucha que mantienen los vecinos del barrio para que se consiga la rehabilitación de todo el entorno se ha centralizado en la asociación de vecinos Ramarim, cuyo presidente, Guillermo Alonso Rodríguez, demanda premura para que de una vez se desarrolle la segunda fase de rehabilitación del citado plan, "ya que el tiempo juega en nuestra contra debido a cómo se encuentran los edificios. En este sentido, el plan está auspiciado por el Estado, el Gobierno regional, Ayuntamiento y Cabildo y teóricamente el dinero está. Otra cosa es que se empiecen a ejecutar las obras".

Pero ese no es el único problema que tienen que afrontar los vecinos. En este sentido, "cada uno de los vecinos tenemos que aportar 1.125 euros para rehabilitar los edificios, además de otros 964 euros para modernizar los ascensores por imperativo de la Consejería de Industria, aunque, todo hay que decirlo, son flexibles con los plazos. A esto se le une que no todos los vecinos están dispuestos a pagar o que simplemente no tienen, por lo que el ayuntamiento ha abierto una línea de ayuda para los vecinos que acrediten los ingresos que tienen. Al final, en esta historia están implicados 661 viviendas y más de 2.100 personas".

Al margen de este "problema importante", los vecinos de Miramar se enfrentan a la deficiente limpieza del barrio, salvando el trabajo del operario de Urbaser. En este sentido Alonso aseguró que uno solo "es muy poco personal para el ámbito de los 32 edificios que componen el barrio. Es obvio, aquí tenemos a la vista que el trabajo de una sola persona no es suficiente", dijo para recordar, también, que las actitudes incívicas de algunos vecinos "desde luego no ayudan para nada. Contra esto también tenemos que luchar".

Cuestión de civismo

Sobre ello, recalcó que el poco civismo y el no saber convivir es uno de los aspectos que se tendrían que tener en cuenta. Para ello, "si bien la Policía Nacional cumple en materia de seguridad, la Policía Local podría hacer alguna cosa más. No quiero decir que lo hagan mal, sino que tendrían que tener más presencia en el barrio", dijo.

Guillermo Alonso, que lleva 39 años viviendo en el barrio, explicó que "no se trata, ni mucho menos, que el barrio esté en pleno estado policial. La delincuencia es la misma que en otras zonas, pero en cuestión de civismo se podría hacer alguna cosa más. Ahí está la gente que no respeta los pasos de peatones ni las señales. Aquí en Miramar la población mayoritaria ya tiene una edad avanzada y se puede decir que el barrio es muy poco accesible. Si a eso le unimos que los más jóvenes, no todos, no piensan en los mayores, pues se crean más problemas. Por eso debería haber más presencia policial para que aplique medidas de persuasión para que se respeten las áreas de aparcamiento y las señalizaciones, en general".

Otra de las cuestiones básicas que plantea se centran en solicitar la desafectación por parte de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias del Colegio Tena Artigas, que lleva dos años sin actividad. En su opinión, "es fundamental que la Consejería ponga en disposición del barrio las canchas. Tiene hasta tres canchas de minibasket y un campo de fútbol sala. Son infraestructuras que se están infravalorando y al final se van a echar a perder".

"¿Qué más? Pues a ver cuándo nos construyen la iglesia. Llevan 20 años que si esto, que si lo otro... Al final, está el solar, falta elevarlo a escritura pública y se está pendiente de la pertinente licencia de obras para comenzar su construcción. ¿Cuándo? Pues eso no lo sé", señaló.