APELLIDO de origen castellano, oriundo de las montañas de Santander, muy extendido por la Península y Canarias. Caballeros de este linaje probaron su nobleza en las órdenes de Santiago, Calatrava y Carlos III y en la Real Compañía de Guardias Marinas y Real Chancillería de Valladolid.

Las crónicas y nobiliarios hablan de algunos caballeros Delgado montañeses que se distinguieron por sus hechos en la antigüedad.

Fray Francisco Lozano refiere: "En Santander gozaron de privilegios de don Alfonso VII y don Sancho III, y llegó a tanto la fama de Cosme Delgado, Ruy Delgadillo y Arthur Delgado que eran considerados como azote de la morisma".

El cronista Mendoza hace mención de Baltasar Delgado, que castigó cruelmente al moro Muza o Munuza, de Zaragoza, cuando pretendió asaltar la ciudad de Caspe.

Hubo casas solares del apellido Delgado en la provincia de Santander, valle de Toranzo, lugar de Villaseril, del partido judicial de Villacarriedo en la ciudad de Santander y en Lareado.

Pasaron a Castilla y Andalucía, a Colombia y otras regiones americanas.

En Canarias, los del apellido Delgado aparecen en el siglo XVI. Don Cristóbal González, que testó ante Gaspar Martín en 1560, estaba casado con doña Inés Delgado, hija de Juan González Benza y nieta de Pelinor, exmencey de Adeje. Tuvieron muchos hijos, entre los que sobresalen Cristóbal González Delgado, que casó con Ana Machado y fundó Capillanía en Los Silos; el capitán Cristóbal Delgado, alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición, que casó con María Hernández Illada, fundadora de Capellanías; Juan Díaz Delgado, que casó primero en Icod con Francisca Salazar de Frías y después con María Marquesa.

Según se desprende del testamento formulado el 4 de mayo de 1653 en Vilaflor, Margarita Llarena estaba casada con el capitán Juan Delgado y dejó los siguientes hijos: Fernando de Ibaute, el licenciado Bartolomé Delgado, el capitán Juan Delgado Llarena y el capitán Gonzalo Delgado.

Entre los primeros habitantes de Güímar figura al capitán Juan Delgado de Adeje, nieto del mencey de Adeje don Diego Delgado y su mujer, Margarita de Llanera y de Baute, ascendientes de doña Francisca Delgado Trinidad y O''Shea, marquesa viuda de la Florida.

Juan Delgado era primo del rey de Adeje don Diego, según se desprende del albalá del Adelantado de Canarias de 21 de junio de 1514, que dice así: "Doy repartimiento e vecindad, en nombre de Su Alteza, a vos, Juan Delgado, primo del rey que fue de Adexe, como a vecino de la dicha isla, cinquenta hanegas de tierra de sequero e las cabezadas del Palmar, que son las cumbres arriba de Mascan, que se dice a fuer de guanches Ayyma".

Este Juan Delgado casó con Juana Hernández Carujane y tuvo cuatro hijos, sucediéndole la segunda, Inés Delgado, que vivió en matrimonio con Cristóbal González de Ibaute, hijo de Gonzalo de Ibaute y de Francisca González y nieto de Diego de Ibaute "de los antiguos Hidalgos de Anaga".

Sigue la línea otra Inés Delgado, a quien donaron sus padres en Icod, ante Juan de Alzola en 1577, al contraer matrimonio con Pedro Díaz y tuvieron ocho hijos, continuando el primogénito José Díaz Delgado, que fue alcalde del Valle de Santiago. Nació y fue bautizado en Icod el 15 de marzo de 1579, uniéndose en matrimonio con María Estévez, hija de Esteban Yanes, natural de Ponte de Lima en Portugal y de Leonor Hernández.

Una rama del apellido Delgado entroncó con la ilustre familia Casabuena y con la descendencia del general Morales. A ella pertenecen, entre otros, el arquitecto don Fernando Delgado Bethencourt y el militar de infantería don Francisco Delgado Morales.

Armas

Las armas que se atribuyen al mencey de Adeje, concedidas por los Reyes Católicos, son las siguientes:

En campo de oro, dos rejas o cancelas de sable abiertas con tres ovejas al natural detrás de cada reja; en eje, dos palmas cruzadas de Sinople, superadas de una corona real de oro fileteada de gules y flanqueadas de una "R" y una "D"; en punta, dos lobos blancos afrontados, con collares de gules.

Otros traen las de Delgadillo: en campo de azur, siete estrellas de oro, puestas de dos en dos y una de non; bordura de gules, con siete calderas de oro; otra segunda bordura de plata, con la salutación angélica en letras de azur "Ave Maria gratia plena".

Bibliografía

- "Nobiliario español", de Julio Atienza, pág. 334. "Nobiliario de Canarias", tomo IV, Pág. 814-825. "El solar vasco-navarro", de García Carraffa, tomo III, pág. 112. Ed: Lino Chaparro D´Acosta.