Después de meses de trabajo de restauración por el taller de conservación del Cabildo de La Palma, la pintura "La sagrada familia", una obra que el pintor palmero Bernardo Manuel de Silva realizó en 1697, ha retornado al Real Santuario Insular de Nuestra Señora de las Nieves.

Se trata de un óleo sobre lienzo de 1,6 por 2,5 metros, elaborado por el artista más representativo del barroco isleño en La Palma y, en su tiempo, estuvo considerado el mejor pintor de la Isla.

Fue un encargo de la familia Pinto de Guisla, a la que se le debe el definitivo impulso que adquirió la devoción de la Virgen de las Nieves como patrona palmera.

Se destinó sobre la cajonera de la sacristía. En la pintura figuran los blasones nobiliarios de Diego de Guisla y Castilla, que era sargento mayor y mayordomo del Santuario, y de su mujer María Pinto de Guisla, quien como perpetuo testimonio de su devoción a la Virgen y con claro afán de ostentación pública, hizo grabar su nombre en el lienzo.

Para "su" Sagrada Familia, De Silva retomó la estampa grabada en 1601 por Raphael Sadeler sobre diseño de Hans Rottenhamer. El pintor palmero trasladó casi literalmente el grabado al lienzo con ciertas licencias que transforman el concepto simbólico de la tela palmera.

La diferencia más notable es la juventud de San José, que el pintor isleño representa sensiblemente más joven que su homónimo de la estampa. Sin embargo, el artista prescinde de elementos simbólicos definitorios como la representación del Cordero y San Juanito.