El Cabildo de La Palma realiza trabajos de limpieza en las estaciones arqueológicas de La Zarza y La Zarcita, en Garafía, ante el inminente peligro de derrumbe de varios paneles en los que se encuentran los grabados rupestres más importantes de la isla.

El continuo crecimiento de la vegetación en la que se encuentran estas estaciones, conjuntamente con las duras condiciones climatológicas de la zona, han hecho que desde el área de Patrimonio de la institución insular, se hayan adoptado medidas urgentes de intervención.

Las estaciones arqueológicas de La Zarza y La Zarcita son las más importantes de cuántas se localizan en la isla de La Palma, dada sus dimensiones y peculiaridades de los grabados rupestres allí albergados.

Toda esta zona, antes de la creación del Parque Arqueológico, se cultivaba y el monte se talaba para su aprovechamiento para el ganado, y el crecimiento acelerado y continuo de la vegetación provoca problemas de conservación de las estaciones de petroglifos, al provocar las raíces el desprendimiento algunos bloques del risco.

Según han explicado los técnicos de Patrimonio del Cabildo de La Palma, en la estación de La Zarcita, justo encima del principal panel de petroglifos, crece un frondoso bosque de brezos, fayas y un gran pino, cuyas raíces han penetrado a través de las grietas y amenazan con desplomar un gran sector del risco en el que se encuentra el 50 por ciento de la estación rupestre.

Para evitar posibles accidentes se ha cerrado al público la parte que amenaza con desplomarse, si bien la estación se puede visitar y observar desde una zona segura.

No obstante, durante el transcurso de los trabajos permanecerá cerrada al público, si bien se puede seguir visitando el conjunto de La Zarza.

La consejera insular de Patrimonio, María Victoria Hernández, ha indicado que por estos motivos se actúa de forma urgente para evitar el desplome del risco, se procede a la tala de la vegetación que se encuentra justo encima de los grabados rupestres, así como el apuntalamiento del risco.

Una vez efectuados estos trabajos se procederá a la impermeabilización de la parte superior del risco para evitar que el agua de lluvias y los escombros penetren en las grietas y agraven el problema haciendo, finalmente, que el risco se desplome.

Asimismo, la consejera indica que este tipo de acciones son relativamente frecuentes en las diferentes estaciones de grabados de la isla, como consecuencia del paso del tiempo y de los factores naturales.

María Victoria Hernández señala que desde el Cabildo de La Palma se continuará trabajando para garantizar la integridad del patrimonio arqueológico de la isla, que contribuye a potenciar los recursos turísticos y culturales con los que ya se cuenta.

La Zarza y La Zarcita fueron dadas a conocer en 1941 por A. Mata y E. Serra, se sitúan en medio del barranco homónimo que separa los caseríos de La Mata y San Antonio del Monte, en la Villa de Garafía.

Es sin ninguna duda el conjunto de petroglifos más espectaculares de la isla debido entre otras razones, a su emplazamiento en medio de un bosque de laurisilva y gigantescos pinos de tea, a su distribución en torno a un enorme caboco en el que mana la fuente de La Zarza y, sobre todo, por la presencia de algunos de los paneles más complejos y abigarrados de la prehistoria insular, con extraordinarios grupos de espirales y círculos semicírculos concéntricos.

Todo ello justificó, tras su declaración como Bien de Interés Cultural en 1986, que en 1998 se convirtiera en el primer Parque Arqueológico de Canarias gracias a la colaboración entre la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias, el Cabildo de La Palma y el Ayuntamiento de Garafía.

El caboco de La Zarcita constituye, además, un área etnográfica de primera magnitud al contar con un punto de agua permanente en torno al cual se emplazaron una serie de dornajos de tea y piedra, así como depósitos, que suministraron el líquido elemento a los habitantes y el ganado de la zona, sin olvidar que, en años de sequía, acudían gentes de Tijarafe y Puntagorda para conseguir tan preciado bien.