El domingo 19 de junio a las 19.00 horas en el parque infantil de El Paso, en La Palma, será ordenado presbítero Jesús Manuel Calero Perera; el nuevo sacerdote presidirá por primera vez la eucaristía al día siguiente, en el templo parroquial de Nuestra Señora de Bonanza, y con tal motivo, en esta comunidad durante esta semana se están sucediendo una serie de actos de animación pastoral, tal y como ha informado el Obispado en una nota.

Calero es un religioso javeriano, natural de El Paso y tiene 29 años. Tras recorrer el intenso camino de su maduración vocacional, ahora está a las puertas de vivir uno de los días más importantes de su vida. "Son muchos años escuchando la llamada del Señor. Hace mucho que sentí esta llamada para entregarme a Dios como presbítero y ahora llega el gran paso. Se trata de un ''sí'' grande que voy a decir a Dios. Un ''sí'' que intentaré seguir renovando día tras día poniéndome al servicio de la Iglesia como misionero", comenta el joven.

En 2001, Calero empezó a estudiar Teología y, según relata, su corazón estuvo siempre inquieto por los problemas que atenazan al mundo. La posibilidad de ser misionero le acompañaba en todo momento. Por eso se desplazó a Madrid para realizar una experiencia de vida comunitaria con los misioneros javerianos. Terminó Teología y marchó a Italia para hacer el noviciado. Esta experiencia marcó la vida del joven palmero. "El noviciado fue un momento fuerte, primero porque hice seis meses de ejercicios espirituales en la vida ordinaria. Fue un momento de intimidad fuerte con Dios. Y segundo porque estuve cuatro meses trabajando con menores inmigrantes y con pobres que vivían en la calle: italianos, extranjeros... con problemas de alcohol, de droga, etcétera. Ahí también encontré a Jesús, pobre y necesitado", contó.

Terminado el noviciado en Italia partió rumbo al continente africano. Primero a Camerún y luego a el Chad. Calero señala que la adaptación fue un proceso lento. "Lo primero fue aprender una de sus lenguas. Es un país donde hay doscientas y pico lenguas. Yo estudié el árabe chadiano, que habla un 70 por ciento de la población. La Iglesia de allí es muy diferente de la nuestra. Donde estoy yo, el Evangelio llegó hace sólo 60 años. Es una diócesis joven, que está empezando a dar los primeros pasos". En este ambiente en el que los católicos representan el 5 por ciento, Calero señaló que se siente muy acogido. "El animismo es muy fuerte todavía. Los musulmanes representan el 50 por ciento en el Chad. Es una realidad muy diferente y un palmero intenta adaptarse y servir como puede. A mí me tratan muy bien y me han acogido con hospitalidad", agregó.

En noviembre de 2010 fue ordenado diácono en el Chad, entonces escribió: "No me deja indiferente el lugar de la ordenación diaconal, África. Es la tierra en la que también el 7 de octubre he consagrado mi vida definitivamente como misionero javeriano y es la tierra en la que Dios me ha enviado para servir a mis hermanos. Pido a Dios que me dé la fuerza de no vivir indiferente frente al sufrimiento y la injusticia que una gran parte de nuestros hermanos africanos están viviendo".

Jesús Calero ha querido lanzar un mensaje de ánimo a todos los jóvenes que se están planteando consagrarse a la misión. "Para la misión hay que tener mucha valentía. Yo invito a decir ''sí'' a Dios, a responder, a no tener miedo, porque Él cuando nos llama nos da la fuerza. Nos acompaña, no nos deja solos. Merece la pena. Yo tengo una certeza: cuanto más damos, más recibimos", concluyó.