El Gobierno y el PP consideraron que el debate sobre el estado de la nación ha reforzado al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, al plantear propuestas claras y beneficiosas para España, apreciación que fue rebatida desde el PSOE al estimar que se ha constatado su debilidad, entre otros motivos, por el caso Bárcenas.

Muy satisfecho con el resultado del debate se mostró ayer Rajoy en los pasillos del Congreso nada más acabar la sesión y al pedirle los periodistas un balance del mismo, ya que para él ha quedado demostrada la fortaleza del Gobierno y la utilidad de las dos jornadas para hacer un balance de la situación que atraviesa España.

Eso sí, advirtió de que no estará completamente satisfecho hasta que no llegue al país el crecimiento económico y la creación de empleo.

Además, Rajoy aseguró que no va a desmayar y que al final de la legislatura habrá cumplido su programa electoral. Recordó que quedan tres años para agotar su legislatura y que en ese periodo cumplirá su programa "porque a nadie se le puede exigir que en un solo año cumpla su programa" electoral.

El titular del Ejecutivo se dirigió a los diputados populares para decirles que pueden estar tranquilos porque el Gobierno sigue teniendo muy claros los objetivos y su rumbo.

"Hay salida a la situación. No será tarde. Hay que perseverar y no será fácil, pero aquí hay un gobierno que está fuerte, que se siente apoyado por su grupo y que no va a desmayar hasta conseguir el objetivo para esta legislatura: Superar la crisis, lograr el crecimiento y crear empleo", señaló.

De cara al futuro, manifestó que le gustaría contar con algunos partidos de la oposición ("hay algunos que no sé exactamente dónde están", dijo) y que intentará recabar su apoyo, pero subrayó que, si no lo logra, seguirá adelante convencido de que está avanzando por la senda correcta.

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, agradeció, por su parte, la buena acogida de los grupos a las propuestas de Rajoy, algunas de las cuales serán aprobadas ya hoy por el Consejo de Ministros. A su juicio, las iniciativas anunciadas representan un nuevo impulso tras un año difícil.

En la misma línea se pronunciaron otros ministros como el de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; el de Industria, José Manuel Soria; el de Agricultura, Miguel Arias Cañete; y el de Educación, José Ignacio Wert.

Cañete y Wert fueron los más tajantes a la hora de asegurar a los periodistas que Rajoy ha salido reforzado del debate.

La visión es bien distinta en las filas del PSOE, ya que, en nombre del partido, su secretario de Política Autonómica y Relaciones Institucionales, Antonio Hernando, consideró que el debate ha demostrado la debilidad de Rajoy.

Entre otros motivos, según explicó, por el caso Bárcenas, un nombre que recordó que Rajoy no pronunció ni una vez ante el pleno. Por ello, quiso ayudarle a hacerlo sin miedo y le invitó a repetir con él: "Bár-ce-nas".

Para el PSOE este asunto es "la asignatura pendiente" de Mariano Rajoy, al tiempo que consideró que el presidente del Gobierno se ha limitado a dejar claro que "lo hecho, hecho está" y que "está bien hecho", además de pedir a los ciudadanos que "no se quejen tanto".

Frente a ello, contrapuso la intervención del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, del que dijo que "ha sabido estar a la altura de la encrucijada histórica" en la que se encuentra el país en estos momentos, "ofreciendo pactos y soluciones".

Indicó que Rajoy lo que hizo es pedir un acto de fe y confianza a la ciudadanía diciéndoles que sus políticas están bien hechas, "aunque todavía no hayan dado resultado", apuntó el propio Hernando.

Otros dirigentes socialistas realizaron también una serie de declaraciones en las que cerraron filas en torno a Rubalcaba, como Elena Valenciano, Soraya Rodríguez, Trinidad Jiménez o Valeriano Gómez.

El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, opinó que del debate sobre el estado de la nación debería salir un "gran pacto sobre corrupción", pero advirtió de que "no para taparla, sino para articular nuevos mecanismos" contra ella y evitar los casos que se están investigando.

Asimismo abogó por acuerdos en cuestiones económicas y sociales, pero lamentó no ver "en esa línea a los dos grandes partidos".

Cayo Lara, coordinador federal de IU, tachó de "esperpento absoluto" que el partido con más casos de corrupción, en alusión al PP, pretenda "liderar" la lucha contra esa lacra, invitándole, además, a presentar una querella contra el extesorero del PP, Luis Bárcenas, algo que podría dar pié a pensar que está haciendo algo, dijo el líder de la formación.

Además, destacó la gravedad de que el presidente del Gobierno pretenda mantener la hoja de ruta que va a conducir a "más paro, más recesión y pobreza".

La diputada de UPyD Rosa Díez fue categórica sobre quién ha salido reforzado de esta cita: "no es el debate para que salga reforzado nadie, sino para dar soluciones a los ciudadanos".

Entre los grupos que intervinieron en la segunda jornada del debate, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, avisó de que si después de esta cita parlamentaria se confirmara alguna de las informaciones sobre presuntos casos de corrupción que han sido negados por el PP, el Gobierno sería "insostenible". Pidió la "reinvención" de la Corona tras el caso Urdangarín y ha pedido aplicar a la Monarquía "luz y taquígrafos" porque ya no basta con disculpas.

"Después de tantas peripecias con fundaciones, favores, patrocinios, emails subidos de tono y hasta elefantes, ya no vale con un ''Lo siento mucho, no volverá a ocurrir''", dijo el político nacionalista.

El portavoz del grupo popular, el último en intervenir en el debate, no tiene dudas respecto a quién ha salido reforzado en él: el Gobierno de Mariano Rajoy.

Un total de 12 horas duró el primer debate de la nacionalidad del Rajoy. El presidente se enfrentó al arco del Congreso en dos jornadas.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró en el ámbito del pleno que hay salida de la crisis, que la misma está cerca y que cumplirá su programa electoral.

El PNV, IU y el Grupo Mixto cierran las intervenciones

El debate sobre el estado de la nación, el primero de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, concluyó ayer tras doce horas de sesión y después de una segunda jornada en la que el jefe del Ejecutivo debatió con los portavoces del PNV y de los partidos del Grupo Mixto.

En esta segunda sesión el debate se prolongó durante cuatro horas y lo cerró Rajoy agradeciendo el apoyo del PP en estos meses a las políticas del Gobierno y a sus decisiones "duras y difíciles".

La jornada se abrió con el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien advirtió de que la situación para el Gobierno será "insostenible" si se confirma la corrupción en el PP.

Un aviso al que el presidente replicó negando que el PP sólo tenga pose y no actitud ante la corrupción y asegurando, sin citar su nombre, que el extesorero Luis Bárcenas hace años que no tiene "ningún tipo de responsabilidad" en el partido.

Tras Esteban le tocó el turno a los portavoces del Grupo Mixto, y en este debate Rajoy advirtió al portavoz de Amaiur, Iker Urbina, que España no tiene un problema de déficit democrático, pero sí lo tiene esta fuerza política hasta que no pida la disolución de ETA y condene sus crímenes. El jefe del Ejecutivo replicó así las palabras de Urbina, quien acusó a Rajoy de tener "un gran problema de democracia" a pesar de que se la reclaman los ciudadanos de Cataluña y el País Vasco y otros puntos del país.

También debatió Rajoy con los portavoces de ERC, Coalición Canaria, el BNG, Geroa Bai, Foro Asturias y UPN.

Y el último en intervenir, antes del cierre por parte de Rajoy, fue el portavoz del grupo que sustenta al Gobierno, el PP, Alfonso Alonso.

La jornada de ayer fue más corta que la del miércoles, que se prolongó durante casi ocho horas.

Además de Rajoy, tomaron la palabra Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE); Josep Antoni Duran Lleida (PNV); Cayo Lara, Joan Coscubiela y Chesús Yuste (IU-IP) y Rosa Díez (UPyD.

reacciones

El secretario general de CCOO, Ignacio González Toxo, criticó que en el debate se hablara del paro como una simple hoja de cálculo y no de personas, sus problemas, de las tasas judiciales o la huelga de jueces. El máximo dirigente de UGT, Cándido Méndez, pidió ayer "responsabilidad" al Gobierno en materia de desahucios y le advirtió de que no haga "cintas políticas". Dijo que Rajoy invoca continuamente a la legalidad "cuando la mayoría de la ciudadanía dice que se trata de una práctica ilegítima". Los médicos y funcionarios criticaron ayer que el presidente del Gobierno obviase a la sanidad y a los empleados públicos en su primera intervención como responsable del Ejecutivo.