Ana Pastor, ministra de Fomento para quien todavía no lo sabe, quiere cargarse las subvenciones al transporte de viajeros canarios. No sé, porque tampoco me incumbe, si desea mermar igualmente las ayudas a los residentes en Baleares, Ceuta y Melilla, pero lo de Canarias lo tiene claro desde el momento en que tomó posesión. Su principal argumento, amén de los recortes presupuestarios, es acabar con el fraude. Baladí disculpa porque las trampas, además de ser mínimas, se pueden controlar perfectamente. Ya que hablamos de controles, podía empezar la ministra Pastor por no permitir que un ex miembro de su partido tuviese 22 millones de euros en Suiza. Ex miembro cuando al PP le convino apartarlo porque hacía más daño dentro que fuera, aunque de eso prefiero hablar mañana, que es domingo y dispongo de más espacio.

na Pastor es una ministra altanera. Tan arrogante, que pone mala cara cuando alguien ajeno a su estricto círculo de colaboradores se atreve a tutearla. Me parece bien porque en este país hay mucho godo tuteador. lgún isleño también, pero sobre todo godos osados. Una inquina de la ministra contra este archipiélago que apenas ha podido soslayar el ministro Soria, ni siquiera recuperando el obsoleto certificado de residencia. Y las subvenciones al transporte es solo una parte. los canariones les ha dicho, vía ena, que se olviden de otra pista en Gando hasta dentro de doce años cuando menos.

¿Razones de la titular de Fomento para persistir en esta actitud? Ojalá las supiera. Sospecho, aunque solo es una suspicacia mía, que tal vez le parece poco lo que invierte su ministerio en Galicia y quiere aumentar la cuota destinada a su tierra en detrimento de las demás regiones, en especial de Canarias. Nada menos que 1.399 millones de euros destinó Fomento a Galicia en 2011. Canarias le correspondieron ese año 201 millones de euros. Incluso con la diferencia de población, juzguen ustedes mismos lo desmesurado de una cantidad comparada con la otra.

No niego que subvencionar el transporte aéreo es caro. Lo es todavía más en las actuales circunstancias de penurias para las cuentas públicas. Pero también es caro mantener una autopista -o una autovía- entre La Coruña y Madrid. O entre Cádiz y la capital de España, por citar una localidad casi diametralmente opuesta a La Coruña con respecto a Madrid. ¿Que algunos canarios, unos pocos, viajan excesivamente entre las Islas y la Península? Sí; ¿y qué? También todos los murcianos que quieran pueden usar las carreteras cuantas veces lo deseen con el correspondiente desgaste para las vías. Los murcianos, los asturianos y los extremeños; cualquier residente en la España peninsular puede hacerlo. Esto es tan obvio que resulta innecesario explicarlo una vez más.

Cabe también la posibilidad de que las razones para este afán de acabar con las ayudas, o cuando menos mermarlas todo lo posible, sean de tipo político. ¿Se debe el trato generoso con los gallegos y cicatero con los canarios a que Galicia es un nido de votos para el PP? Malo de ser así, entre otras cosas porque el PP también ganó en estas Islas aunque no gobierne. Una victoria que podría no repetirse de persistir algunas actitudes tan injustas como estúpidas.

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