Cuando María de la Rosa Sánchez y Carmelo Hernández Pérez regresaron a su casa a las 2:30 horas de la madrugada del pasado domingo 21, tras disfrutar del baile de magos de Los Realejos, acariciaron por última vez la centenaria cruz de su familia. Un madero ubicado en la fachada de su casa, en la céntrica avenida Tres de Mayo, que fue de la madre, los abuelos y los bisabuelos de Carmelo. A la mañana siguiente, en torno a las 8:50 horas, cuando salieron de la vivienda para acudir a misa, la cruz, con casi 200 años de historia familiar, ya no estaba. Alguien decidió arrancarla de la pared y llevársela a otro lugar.

Los vándalos dejaron la base de piedra, el paño, el cirio y las plantas con las que estaba enramado el sencillo madero, que está pintado de color verde oscuro y tiene una base con tres apoyos.

El gran valor de esta cruz es puramente sentimental. Un recuerdo familiar que los antepasados de Carmelo Hernández colocaron en la fachada de su casa para mostrar públicamente su fe cristiana. "Toda la vida nos ha acompañado", explica María de la Rosa, quien detalla que se colocó en la fachada cuando se hizo la nueva edificación. La cruz estuvo antes en la antigua casa de su suegra, Carmen Pérez González (nacida en el año 1913), y antes en la de sus abuelos y bisabuelos. En "alguna de las primeras casas de esta zona del pueblo".

La rutina diaria de esta familia se alteró el pasado domingo. "Siempre, cada vez que entrábamos o salíamos de casa, tocábamos la cruz y nos persignábamos. Cuando el domingo por la mañana extendí la mano y toqué la pared vacía, me llevé un gran disgusto", relata.

Esta familia pide ayuda a cualquiera que haya visto la cruz de su familia o a las personas que se la llevaron. "Tenemos una tristeza muy grande y lo único que queremos es recuperarla. Le tenemos un amor muy grande porque es la cruz de la familia", explica María de la Rosa.

"No sabemos si fue una ruindad o una travesura de chicos, pero si alguien la ve, por favor, que nos avise. La hemos estado buscando por los alrededores, pero nada. Aún no la hemos encontrado", lamenta.

La avenida Tres de Mayo está ubicada muy cerca del Ayuntamiento de Los Realejos y de la sede de la Policía Local. "Había vigilancia en la calle, por el baile de magos, pero deben haber aprovechado algún momento en el que no había nadie, entre las 2:30 y las 8:50 de la mañana. Suponemos que vendrían de la fiesta, igual algo tomados, y la quitaron y la botaron por ahí", imagina María.

María y Carmelo hacen un llamamiento público para tratar de recuperar un símbolo religioso y familiar que les acompaña desde hace casi dos siglos: "Por favor, si alguien ve la cruz, que la devuelva. No tiene un valor económico, pero forma parte de la historia de nuestra familia".